Concierto

The Marian Consort, la armonía perfecta

  • El grupo vocal británico visita por primera vez España dentro del II Ciclo La Voz Humana y entusiasma en el Monasterio de San Jerónimo

The Marian Consort ofreció un concierto en San Jerónimo.

The Marian Consort ofreció un concierto en San Jerónimo. / G. H. (Granada)

El grupo vocal británico The Marian Consort visita por primera vez España dentro del II Ciclo La Voz Humana que organiza el Ayuntamiento de Granada. Esta formación, recientemente galardonada con el premio Gramophone, está considerado uno de los grupos vocales más destacados del panorama actual, fama que desde luego no es desmerecida a juzgar por el maravilloso concierto que dieron el pasado fin de semana en el Monasterio de San Jerónimo.

Bajo la dirección de Rory McCleery el conjunto vocal interpretó un programa centrado en la música católica que durante el reinado de Isabel I tuvo que sobrevivir en la clandestinidad de nobles y mecenas fieles a este rito, y que tuvo en William Byrd su máximo exponente compositivo.

Sin duda, la presencia del Marian Consort en Granada marcará un hito en el panorama cultural de nuestra ciudad, ya que la calidad de este conjunto vocal es indescriptible para alguien que no estuviera la pasada velada en el Monasterio de San Jerónimo.

Sus voces son claras y cristalinas, idóneas para este repertorio, cantando cada uno de sus seis componentes a menudo una línea melódica diferente. La calidad tímbrica de cada componente está sólo superada por el perfecto empaste entre voces, generando unan riqueza de armónicos perfectamente en sintonía que llegaron a crear lo que a mi juicio fue una armonía perfecta. Estos valores técnicos, unidos a la belleza intrínseca del programa y a la bondad y dulzura interpretativa, siempre dentro de criterios estrictamente historicistas, hicieron del concierto del Marian Consort uno de los más sobrecogedores que jamás se haya escuchado en nuestra ciudad.

El programa estuvo compuesto por piezas utilizadas en la liturgia católica, solo que en la Inglaterra del siglo XVI debían cantarse en la clandestinidad. Aún así, este repertorio a cuatro y cinco voces es sumamente complejo y lleno de riqueza tanto en el uso de la retórica como en el contexto polifónico tan evolucionado que presentan. Desde el íntimo Miserere Mei del comienzo, pasando por la preciosa Misa a cuatro voces (de la que se interpretaron el Kyrie, el Gloria, en Sanctus y Benedictus y el Agnus Dei), hasta el exultante Venite, exultemus Domino que cerró el programa, cada pieza fue una oportunidad de comprobar la clarividencia de Rory McCleery en la dirección de la obra de William Byrd y la calidad interpretativa de las voces del Marian Consort.

Junto a las obras de Byrd se interpretaron también piezas de autores contemporáneos, como el motete Non me vicat, Deus Meus de Nicholas Strogers, el sobrecogedor Sive vigilem de Derrick Gerarde o la dulcísima Salve Regina de Peter Phillips. Toda una oportunidad de escuchar esta bella música que ha permanecido desconocida en los archivos ingleses durante siglos.

La bondad de las voces y la preciosa armonía de las obras interpretadas motivó una prolongada ovación del numeroso público que llenaba el Monasterio de San Jerónimo. Persuadido por la calurosa acogida en nuestra ciudad, el grupo británico regaló, fuera de programa, la interpretación del Ave Maria de William Byrd.

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