Otras que hacen doblete son The Priscillas, que a la hora del aperitivo ofrecerán en Lemon Rock un acústico que servirá precisamente de aperitivo a la actuación que darán por la noche en La Sala, un nuevo escenario situado en el Centro Comercial Neptuno y que se incorpora a la oferta de locales con música en directo. El suyo es otro de los conciertos damnificados por la aplazada inauguración de la sala Prince. Definitivamente programado en esta nueva sala, el cuarteto británico The Priscillas rezuma estrógenos y actitud de poder femenino de rompe y rasga por sus cuatro costados. Ataviadas con mayas de piel de leopardo, como si acabaran de salir de un casting para hacer de extras en una película de John Waters o de Russ Meyer, pura serie b, musicalmente se miran en el espejo de los grupos de raza rockera con componente retro y gusto por la estética de los cincuenta, léase The Cramps, en primer lugar, pero también The Shangri-Las, The New York Dolls, The Rezillos, The Damned, The Boys, The Gore Gore Girls, Art Brut, The Subways, The Monks… En directo destilan una suerte de rock and roll primitivo, de psychobilly, de punk-rock y de doo-wop que contaminan con ramalazos de glam, de power pop, de boogie woogie cósmico, de garage y hasta de new wave o disco sound. Procedentes de Holloway, en Londres, donde se formaron en 2003, el grupo lo componen la sicalíptica vocalista Jenny Drag, la belleza teutona de Valkyrie a la guitarra, la peligrosa pelirroja Heidi Heelz al bajo, y la glamourosa Lisa Lux con las baquetas. Y todas ellas hacen segundas voces en la tradición de los grupos de chicas de los sesenta.