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6.000 años del Campus de Cartuja

  • La UGR propone un repaso a la larga historia del entorno universitario de la Cartuja desde los primeros asentamientos y su uso como colina alfarera hasta las facultades y trabajos de investigación de la actualidad

6.000 años del Campus de Cartuja

6.000 años del Campus de Cartuja

La Universidad de Granada se ha propuesto dar a conocer una zona que a pesar de estar frecuentada diariamente por miles de estudiantes es muy poco conocida: el Campus de Cartuja. Por una serie de circunstancias históricas y urbanísticas, esa área universitaria ha quedado algo apartada del núcleo de la ciudad. El método elegido para su puesta en valor ha sido una exhaustiva exposición que se completará con un programa de conferencias y que será una de las principales propuestas de la programación cultural de la institución académica este otoño.

Tan diversos como los avatares que han llevado a su etapa actual han sido las disciplinas desde las que se aborda esta muestra, que conjuga Historia, Arqueología, Arte, Urbanismo, Astronomía, Botánica, Paisajismo, Restauración, Informática, y muchas más áreas de conocimiento en su planteamiento.

El resultado es un amplio conjunto de piezas que van a permitir que, quien vaya a visitarla, pueda salir de ella con una idea de lo que ha sido ese espacio periurbano desde los primeros asentamientos hasta la actualidad, un repaso a más de 6.000 años de historia.

La muestra, que podrá verse desde hoy mismo y hasta el 27 de enero de 2018, exhibe los edificios que componen hoy este campus universitario, así como planimetrías, documentos, obras de arte, fotografías, etc., que permiten reconocer la evolución de su paisaje y las funciones que se le ha dado a lo largo de la historia.

Comisariada por Margarita Orfila, Catedrática de Arqueología de la UGR, la muestra se estructura en seis bloques que corresponden a otras tantas etapas cronológicas.

El primero, la Cartuja desde la Prehistoria hasta el final del mundo antiguo, aborda su etapa como colina alfarera. El segundo, en tiempos de Al-Ándalus, explica el tema del agua y los cármenes del pago de Aynadamar.

El siguiente apartado, el tercero, enmarcado ya en la Edad Moderna, se centra en las cuestiones de culto y religión en el Monasterio de Cartuja, mientras que el cuarto se centra en la llegada de los jesuitas en la Edad Contemporánea y como evoluciona el paisaje de Cartuja.

Ya en el quinto se puede ver la etapa actual con los nuevos edificios universitarios y los nuevos usos vinculados a la investigación y el conocimiento.

Y el sexto y último señala el futuro más inmediato de este espacio universitario según los planes del actual equipo rectoral. No en balde, la muestra tiene su origen en el plan de investigación de este enclave puesto en marcha la rectora, Pilar Aranda.

Con esas seis partes definidas, se hace una crónica que, desde el Neolítico, repasa 6.000 años de trayectoria. De la primera etapa como complejo alfarero instalado allí entre el siglo I y II d. C., así como de la función de parte del mismo de la necrópolis de Florentia Iliberitana, presentan planimetrías, piezas de molino neolíticas, producciones del alfar, etc. El objetivo es situar al espectador en la colina, mostrar su orografía inicial y su evolución.

Santiago Moreno, Margarita Orfila y Elena Sánchez han sido los encargados de este apartado, que hace un recorrido a través de la creación de piezas en tierra cocida, desde los alfares de época romana, hasta las creaciones de Fajalauza.

La segunda etapa incide en la importancia de haber sido el Pago de Aynadamar en época medieval. Hay textos de autores como Ibn al-Jatib, con descripciones del vergel en que se convirtieron estos terrenos. Los restos de alquerías que las excavaciones arqueológicas han descubierto en los últimos años corroboran lo plasmado en esos escritos.

En la exposición se muestra el importante papel del agua como generador y motor de muchas de las actividades aquí realizadas. No en vano el topónimo más antiguo conocido de este espacio es justo el Pago de Aynadamar, homónimo de la acequia que recorre parte de sus dominios, y que conducía agua desde Alfacar hasta la entrada al barrio del Albaicín.

Entre los objetos de periodo, destaca la aguja de plata con la figura de una posible gacela -que se ha tomado como icono de esta exposición-, una pieza que transmite ese espíritu refinado que se vivía en esos momentos en ese lugar. Guillermo García-Contreras Ruiz, Cristina Martínez Álvarez, y Antonio Malpica Cuello firman el trabajo de esta sección.

En la tercera fase, se trata la etapa, tras la redición de Granada a los Reyes Católicos, de la llegada de los cartujos. La construcción del monasterio marcó a ese antiguo pago, para ser conocido, desde la Edad Moderna, como la zona de Cartuja. Las huertas continuaron su función pero introduciéndose un nuevo elemento, el de la religión cristiana. Entre todas las representaciones de esta etapa, destacan las pinturas de Sánchez Cotán. Rafael López Guzmán y Elena Díez Jorge se encargan de esta franja de tiempo.

Sobre la religión y el culto, la muestra señala la documentación de un enterramiento femenino en una de las fosas neolíticas localizadas en el campus y que ya refleja una creencia del más allá. Un exvoto de época ibérica sigue ese hilo, como también una lápida funeraria romana, en donde se encomienda la difunta a los dioses Manes.

Además de la construcción del monasterio de la Cartuja, la importancia de la religión en la colina quedó reforzada en el siglo XIX con el Colegio Máximo de los Jesuitas, congregación que mantiene hoy la Facultad de Teología.

La cuarta etapa de la muestra profundiza en los nuevos edificios. Ya en el siglo XIX, tras la exclaustración de los Cartujos, la Compañía de Jesús acomete una importante transformación de la propiedad. Eso supone la edificiación del Colegio Máximo, con función de noviciado, y del Observatorio Astronómico, lo que puso a esta colina en el ámbito de enseñanza y la investigación.

La sección transversal sobre el paisaje corre a cargo de Manuel Casares Porcel y José Tito Rojo que visualiza los cambios de usos que han tenido estos terrenos. Aquí se vislumbra lo que aún queda, entre facultades y otros edificios, de esa Pago de Aynadamar que estuvo situado en el Cercado alto de Cartuja.

Acerca de la quinta etapa, la de los nuevos usos y nuevos edificios universitarios, la UGR señala: "La serie de adaptaciones que los jesuitas hicieron a esta colina pueden aún ser visibles entre los actuales edificios universitarios, como son restos de ajardinamientos de la zona, tal como el que existe entre la Facultad de Filosofía y Letras, y el propio Colegio Máximo".

"La compra de esos solares a inicios de los años 70, siendo rector Federico Mayor Zaragoza, introdujo ese cambio de orientación, con el desembarco de la Universidad en lo que era conocido como el Cercado Alto de Cartuja, sufriendo hasta día de hoy múltiples transformaciones que han afectado incluso a la propia orografía inicial del terreno", destacan los organizadores de la muestra.

Los planos y fotografías incluidos en esta sección contienen imágenes tanto de proyectos ejecutados como de otros que no se llevaron a cabo en su momento

El repaso que de todo ello da el profesor Ángel Isac, con el análisis urbanístico y arquitectónico de cada uno de los bienes generados desde esas fechas, y que confieren el actual Polígono Universitario, supone el cierre la crónica temporal que narra esta exposición.

Y en la sexta etapa, la del futurible, Elena H. Sánchez López y Amanda Vicente Murcia resumen los planes para el Campus de Cartuja del equipo rector.

La muestra incluye también dos apartados audiovisuales. El primero permite ver ese proceso evolutivo de 6.000 años a través de multimedia y vídeo mapping. Y el segundo incluye una serie de entrevistas a personas vinculadas al Campus de Cartuja con las que se ha organizado el documental La tercera colina. Poducido por el equipo de Ángel García Roldan, coordinador del Área de Recurso Expositivos del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, cuenta con testimonios de Miguel Ríos o la propia rectora que narra su experiencia cuando era docente de una Facultad de ese campus.

Además del catálogo, la exposición cuenta con un ciclo de conferencias organizado en paralelo que contará con las explicaciones más pormenorizadas de los profesores universitarios que han abordado los estudios de las diferentes etapas o secciones, así como la comisaria, Margarita Orfila. También habrá visitas especializadas al Campus de Cartuja los sábados por la mañana, más el taller El Campus de Cartuja en tiempos de Roma, que se impartirá en la tienda de la URG el 14 de octubre de 2017, y una serie de visitas para público escolar.

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