Venezuela, Chile, Argentina, Uruguay. La historia de America Latina no se entiende, por desgracia, sin hablar de asesinatos, desaparaciones, ejecuciones extrajudiciales y torturas perpetradas por el gobierno, las pandillas callejeras o los carteles de la droga. La región tiene la tasa de homicidios per cápita más alta del mundo: más de 10 asesinatos por cada 100.000 habitantes, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Cines del Sur se preguntó ayer en su tercer encuentro con directores cómo los cineastas latinoamericanos abordan la violencia en su filmografía.

Para la directora Lucia Murat, la violencia está "muy presente" en su cine porque vivió en sus propias carnes la dictadura brasileña -que se inició con el golpe de estado de 1964-. "Fui torturada y estuve presa tres años. Este contacto directo con la violencia define mucho lo que hago. Es imposible vivir esa experiencia y no volver a ella", confesó ayer en la carpa de la plaza Bib-Rambla acompañada del director mexicano Alejandro Ramírez Corona y la productora uruguaya Florencia Arbiza.

La directora de 'Praça Paris' fue torturada y arrestada durante la dictadura brasileña

La cineasta brasileña, que compite en la Sección Oficial con el drama Praça Paris, achaca la situación en su país a "las desigualdades sociales -ella pone el foco en las favelas en su última película-, el tráfico de drogas, el auge del fascismo" y la destitución de Dilma Rousseff, "un golpe jurídico". Brasil, añadió Murat, "nunca fue capaz de juzgar a los torturadores", cosa que sí ocurrió en el caso de Chile y de Uruguay, y "la impunidad es un incentivo para la violencia".

Ramírez Corona explicó que en su ópera prima Mente Revólver, filme que opta a la Alhambra de Oro, quiso explorar "cómo se va transformando la mente de alguien que se convierte en un sicario". La película cuenta la historia en paralelo de tres personas: un joven que se hace asesino, una sintecho y un hombre, declarado culpable por matar a Luis Donaldo Colosio, al candidato a la presidencia de México por el PRI -un hecho real-, que sale de prisión después de 20 años de carcel. "Trato de explicar el detonante de toda la violencia a partir de esa permisividad del atentado a un candidato presidencial", resumió.

Estamos viendo cosas, recordó Corona, "muy extremas: 43 estudiantes fueron asesinados por el estado -habla de los sucedido en Iguala-, en el Festival de Cine de Guadalajara tres estudiantes de cine aparecieron quemados en ácido y la el número de mujeres desaparecidas crece cada año". Ante ese contexto, reflexionó, "uno como realizador se pregunta qué está pasando". A la pregunta de si tiene miedo de hacer películas que denuncien la situación violenta en su país, el director de Mente Revólver confesó que "la violencia no la vives como cineasta, la vives como ciudadano, y eso se refleja en el cine".

La productora de Dos Orientales reconoció que, pese a que la situación en el continente es "peor que hace unos años", "hay tantas malas noticias como buenas", sobre todo relacionadas con la situación de la mujer. "La fémina en Uruguay, Argentina y Brasil está sentando las bases para la legalización histórica del aborto. Aquí también se ganan batallas en materia de derechos humanos", destacó Arbiza, que se alegra de que en el filme de Sofía Casanova A. y Sofía Córdoba se cuenta una historia "desde un lado femenino" y el grupo de trabajo "esté lleno de mujeres".

Preguntados por la distribución de sus filmes en sus respectivos países, Murat admitió que es "muy difícil" para las producciones locales competir con los taquillazos americanos. "A veces tenemos que venir a Europa porque en Brasil no llegan a estrenarse. La producción nacional apenas copa un 10-15% de la pantalla y es casi todo comedias de corte muy machista", recriminó.