Entrevista

César Girón: “Una sociedad es también la historia de sus crímenes”

  • El granadino publica 'Granada: dossier negro (1981-2010)' donde hace un repaso a la crónica negra de la provincia en tres décadas

César Girón en una imagen reciente

César Girón en una imagen reciente / G. H.

El ser humano vive de espaldas a la muerte, renegando de ella como si fuese algo que nunca llega, pero lo hace. Y la crónica de sucesos es un buen ejemplo de la fragilidad de la existencia humana, algo que queda constante en Granada: dossier negro (1981-2010), el nuevo libro del abogado César Girón bajo el sello Almuzara, en el que hace un repaso a los crímenes “que hicieron historia” en la provincia, como reza el subtítulo de la publicación y que atrajeron a la atención de una opinión pública aún consternada por la constatación de esa fragilidad.

–Dice en el prólogo que no hay "faceta de la historia que tenga más devotos que la negra o criminal" ¿por qué nos atrae tanto esta faceta?

–Por la condición humana. La sangre, el sexo y el poder tienen un especial atracción. En el caso de la historia negra, se conjugan esas tres circunstancias, por lo menos el poder y la sangre, algunas veces también el sexo. Es algo que genera atracción. Pero es que además es una parte de la historia que siempre trata de encubrirse cuando sucede, unos por vergüenza, otros para que no se conozca, y otros porque les es doloroso, pero le genera especial atracción.

–Afirma también que escribir e investigar sobre sucesos criminales es relevante en el estudio de nuestra sociedad ¿cómo puede ayudar?

–Una sociedad es también la historia de sus crímenes. No creo que el caso de Granada sea especialmente violenta. En cada sitio la sociedad siente la violencia de una manera distinta o aborda las vivencias de una manera distinta. Granada, y en concreto la sociedad española, somos una sociedad pacífica, pero la historia de un pueblo es la historia de sus sucesos criminales, entonces no podemos contar una sociedad si dejamos una página importante, como la historia criminal, sin abordarla.

–Este libro es la continuación de Crónica negra de Granada, que también abordaba la historia criminal de la provincia. ¿Es Granada tan violenta como para dos libros?

–El libro recoge una secuencia de 30 años. En 30 años he sacado unos cien sucesos criminales, pueden parecer muchos, pero no lo son. En la sociedad de Granada, según las estadísticas, la normalidad es que haya entre 16-17 sucesos al año. Se podría escribir un libro similar en Cuenca, Guadalajara o Bilbao; es verdad que cuando hay más población puede haber una mayor incidencia criminal, pero Granada no es especialmente relevante en eso. Lo que pasa es que en este libro me he centrado en crímenes que hicieron historia, buscando crímenes sucedidos relativamente cerca. Muchos de ellos incluso cambiaron la legislación.

–Leyendo algunos capítulos, por ejemplo, el del exorcismo del Albaicín cuesta imaginar que ocurriese en realidad. ¿Supera la realidad a la ficción?

–La realidad supera cualquier tipo de ficción. Pero no porque se pueda poner a la vista de este libro, sino porque muchas veces imaginamos las cosas y la realidad va por delante. El crimen de Albaicín fue real, existió, el Tribunal no lo condenó por un delito de homicidio, sino por delito de lesiones con resultado de muerte (que es bastante distinto). Además lo que no es comprensible es que en el año 1990 todavía existiera sectores de la población que tuviesen ese tipo de creencias en el maligno.

–Muchos de los crímenes que se narran en el libro están tristemente protagonizados por niños y hoy día es difícil no recordar casos como el de Anna y Olivia. ¿cómo cree que están enfocando este asunto los medios?

–Creo que tenemos un exceso de información. Los medios han proliferado, por fortuna hay muchos más medios, la gente se informa bien,... y un mismo suceso se puede abordar desde muchos puntos de vista, pero siempre es el mismo. Por tanto cuando los medios analizan este tipo de sucesos se recrean demasiado en las circunstancias para ir rellenando páginas y minutos. Creo que existe una nueva hornada de periodistas jóvenes mejor formadas que intentan abordar el tema con más seriedad, pero hemos pasado una época muy mala donde cualquiera que coge un micrófono o escribe una palabra en un medio se considera periodista y esa falta de profesionalidad se ha notado mucho. Pese a todo, el caso de las niñas de Tenerife quizá sea el que menos amarillismo está generando, hay que recordar el caso de las niñas de Alcàsser, con las emisiones en directo y las televisiones cubriendo cada minuto.

–Ha mencionado antes los crímenes que cambiaron la legislación y uno de ellos fue el de Ana Orantes, también presente en libro. ¿Por qué es necesario llegar a esos extremos para concienciarnos de los problemas y legislar en consecuencia?

–El derecho siempre va por detrás de la sociedad. La sociedad va cambiando y el derecho se va adaptando a la sociedad. La lacra del machismo ha existido siempre y en todas las sociedades, concretamente la sociedad española no ha sido especialmente importante en este sentido. La lacra se sabía que estaba ahí, se abordaba desde la legislación ordinaria y al final un suceso como el de Ana Orantes generó una reacción de colectivos feministas y al final llevó a una modificación inicial de la legislación en materia de prevención y sobre todo de persecución de la violencia que ha terminado con un cambio legislativo de todos los textos de derecho en nuestro ordenamiento jurídico, aunque por desgracia tuviese que suceder algo lamentable.

–En un capítulo del libro dice también que España es un país bastante respetuoso en lo que se refiere a xenofobia, pero a juzgar por las reacciones a lo ocurrido en Melilla, cuesta creerlo.

España es un país muy tolerante, España no es un país xenófobo. A España se le puede atribuir mucho por la leyenda negra, que en un 95% es falsa, una máquina de propaganda perfectamente creada por los anglosajones y por los holandeses, pero es un país bastante solidario y lo demuestran todas las estadísticas. El que se haya producido algo puntual como el asalto a la valla, se hubiera producido en otros países hubiese sucedido de forma similar, aunque creo que aquí primó más el aspecto humanitario que el xenófobo. Yo no vi xenófobo por parte de la población española.

–El libro abarca hasta 2010 ¿tiene pensado escribir una tercera parte?

–Dentro de muchos años. Crónica negra de Granada vio la luz en 2002 y este libro, en 2021. Podría haber una tercera parte, sí, pero será posiblemente escrita en 2040, cuando yo sea muy mayor. Los sucesos criminales están muy cercanos, incluso los de 2010, y te encuentras a la gente por la calle y no me he atrevido. Para escribir una tercera parte, que se escribirá aunque no sea yo, habrá que esperar unos años.

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