Granada celebra la victoria de Juan Fregenal en el Concurso de Guitarras

El joven granadino Juan FregenalEspínola y el luthier suizo de origen colombiano Manuel Arango obtuvieron el primer premio en las categorías de guitarra flamenca y guitarra clásica, respectivamente, en el VIII Concurso de Constructores de Guitarras Antonio Marín, celebrado en el Auditorio de la Caja Rural de Granada como parte del Festival Internacional de la Guitarra.

El certamen, que cada año reúne a destacados artesanos de todo el mundo, se ha consolidado como un referente internacional en el ámbito de la luthería de guitarra. En esta edición participaron catorce guitarras procedentes de nueve países. La altísima calidad de las propuestas obligó al jurado a una deliberación prolongada.

La prueba final contó con la interpretación en directo de las guitarras finalistas por parte de dos solistas de primer nivel: Paco Serrano, referente del flamenco, y María Esther Guzmán, reconocida concertista clásica. Ambos músicos pusieron a prueba las cualidades sonoras y técnicas de los instrumentos frente a un público especializado.

Reconocimiento y premios internacionales

Los ganadores no solo recibieron el reconocimiento del jurado, sino también premios materiales de gran valor. Entre ellos, destaca la compra de las guitarras ganadoras por parte de Guitar Salon International, una de las principales plataformas internacionales de venta de instrumentos, por un importe de 4.000 dólares cada una. Además, la empresa adquirirá dos guitarras adicionales al mismo precio.

Los primeros clasificados recibieron también un estuche de alta gama Visesnut, cuerdas profesionales de RC Strings (España) y Pepe Romero Strings (EE. UU.), así como clavijeros de la firma española Aparicio y maderas de calidad proporcionadas por StewMac, proveedor líder en materiales para luthiers.

Los segundos premios fueron para Antonio Zwring (Croacia) en la categoría flamenca y para el propio Manuel Arango en clásica, consolidando así su versatilidad como constructor. Estos galardones incluyen la compra de sus guitarras por 3.000 dólares cada una, materiales de luthería, descuentos en estuches y accesorios de alta gama.

El tercer premio en la categoría flamenca fue para Henrik Ballowitaz (Dinamarca), mientras que en la modalidad clásica el jurado declaró desierto el tercer puesto, subrayando el alto nivel de exigencia del concurso.

De músico autodidacto a luthier premiado

El granadino Juan Fregenal, de 29 años, llegó al mundo de la luthería desde la práctica musical. Comenzó a tocar la guitarra a los 15 años, de forma autodidacta, primero con la eléctrica y luego con la española. Pero con el tiempo se cuestionó si quería convertir esa pasión en un trabajo. En finales de 2017 abrió su taller como el constructor de las guitarras.

Aunque ya se había presentado anteriormente con una guitarra de carácter moderno, fue esta segunda participación —más madura y conectada con la tradición— la que lo llevó a lo más alto del podio.

Cuando la comodidad también es arte

La guitarra ganadora fue construida especialmente para el concurso, tras cuatro meses de trabajo constante. Fregenal apostó por una línea más tradicional, alejándose de los diseños modernos con los que se había presentado en ediciones anteriores. "Quería una guitarra más ligera, más cómoda, pero también con ese equilibrio de las guitarras antiguas. La comodidad del instrumento es fundamental. Tan importante como el sonido. Es como un par de zapatos: si te hacen rozadura, al final no te los pones", explicó.

El resultado fue una guitarra ligera y sensible, que destacó por su comodidad y recibió elogios de los intérpretes durante la final y, sobre todo, por un jurado que supo apreciar tanto el rigor técnico como la madurez artística de su propuesta.

Para Juan Fregenal, este primer premio ha sido algo más que una satisfacción profesional. "Ha sido una reafirmación. Me ha dado una nueva seguridad para actuar con decisión, sin tantas dudas", comentó. El joven artesano reconoce que dudaba de sí mismo durante mucho tiempo. "Llevaba mucho tiempo dudando de mí mismo, de si lo que hacía con la guitarra era realmente válido. Al final te obsesionas tanto con la idea, que incluso cuesta creérselo", confiesa, añadiendo que el premio le ha llegado en el momento justo de su vida, como "una inyección de energía".

El nivel del concurso fue alto, especialmente en la categoría de flamenco, donde la competencia fue internacional y exigente. "En esa categoría, la competitividad es muy alta. Hay constructores muy buenos", recordó. Precisamente, el respeto por la tradición japonesa en el trabajo de la madera también fue mencionado por Fregenal. "Japón tiene una cultura artesanal impresionante en la fabricación de herramientas. Cada una es una pieza de arte firmada por su creador. Eso demuestra el compromiso tan fuerte que tienen con su oficio".

Además del prestigio, el premio tiene un valor muy concreto. "También me ayuda económicamente. Puedo invertir en maderas que debo adquirir ahora para trabajar dentro de unos años", expresó. El resultado ha sido una especie de impulso interior: "Ha sido una inyección de energía. Una reafirmación. Una capacidad nueva para dudar menos y hacer algo con más fuerza y seguridad".

Fregenal destaca que este reconocimiento le ha llegado en un momento vital importante: "Después de años de dudas, este reconocimiento me ha hecho mirar hacia dentro, no desde el ego, sino desde la convicción más profunda. Es algo un poco trascendental, por decirlo así".

Un concurso en honor a un maestro

El certamen rinde homenaje al legendario artesano granadino Antonio Marín, cuya influencia en la evolución de la guitarra contemporánea es reconocida a nivel mundial. Su legado se mantiene vivo a través de esta iniciativa que, además de premiar la excelencia, impulsa a una nueva generación de luthiers. Esta edición reafirma al certamen como un escaparate internacional de la guitarra artesanal y refuerza a Granada como ciudad clave en la historia y el futuro del instrumento.