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Los pasos perdidos de Buñuel

  • Los directores Javier Espada y Gaizka Urresti acercan la particular visión del genial cineasta y de su mundo más personal al gran público en un documental

Quien ha tenido ocasión de acercarse a la persona, que no al personaje, considera que su genialidad como cineasta no llegó a eclipsar su carácter fascinante. El retrato más íntimo de Luis Buñuel -su sentimentalismo, su relación de amistad con otros creadores de la época, su sentido del humor y su concepción del día a día desde la óptica de uno de los mejores artistas del siglo XX- se muestra y analiza en el documental El último guión. Buñuel en la memoria.

Este trabajo codirigido por el productor de cine y televisión Gaizka Urresti y por el director del Centro Buñuel de Calanda, Javier Espada, se exhibió ayer en el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores. La proyección ha supuesto el estreno nacional de una cinta que el pasado febrero ya cosechó un gran éxito en la Berlinale, donde se presentó en el marco de una retrospectiva dedicada al cineasta que incluyó más de treinta filmes.

Como si se tratara de la búsqueda de sus pasos perdidos, en El último guión, Jean-Claude Carrière, guionista y amigo de Buñuel durante más de veinte años, y Juan Luis Buñuel, director de cine e hijo del realizador, recorren los lugares emblemáticos de la biografía del cineasta (Calanda, Zaragoza, Madrid, Toledo, París, Nueva York, Los Ángeles y México). Aderezado con anécdotas, contrastes, material fotográfico inédito y con un sentido del humor que muchas veces parecen escenas de una película del propio Buñuel, el documental pretende acercar el mundo íntimo del artista al público general.

"No hemos querido hacer un documental para cinéfilos porque no desvelamos aspectos ocultos, sino que propiciamos el acercamiento de la persona a ese público que ni siquiera sabe que Buñuel se exilió tras la guerra civil o que estuvo más de siete años en Estados Unidos. Mucha gente incluso desconoce que su carrera la hizo en México", aseguró Gaizka Urresti.

Pero el documental, de unos 40 minutos de duración, es sólo una parte de la futura trilogía que los directores preparan en estos momentos. Por eso, los cineastas se mostraron "abiertos a cualquier sugerencia" en el encuentro que protagonizaron minutos antes de la proyección de su trabajo con otros realizadores noveles.

Hace tan sólo unos días, el equipo ha finalizado el rodaje en Nueva York, por lo que prevén terminar la película en junio y estrenarla oficialmente en toda España, México, Francia y Alemania el 29 de julio, coincidiendo con la celebración del 25 aniversario de su fallecimiento. Sin embargo, los directores explicaron ayer en una rueda de prensa que este proyecto surgió hace ya varios años, tras una visita de Jean Claude Carrière a Calanda, donde nació el cineasta, y al Centro Buñuel dedicado a su memoria. "Carrière planteó legar sus memorias a un pequeño equipo de filmación y nosotros pensamos que los archivos del centro no deberían de servir sólo a los investigadores y privar al público de ese personaje tan fascinante de la historia del siglo XX", relató Espada.

Pero además, la publicación de Mi último suspiro también fue determinante a la hora de concebir el documental. Este libro de memorias es el fruto de 1 8 años de trabajo y de amistad entre Buñuel y Jean-Claude Carrière. Juntos hicieron seis obras maestras del cine: Diario de una camarera, Belle de jour, La Vía Láctea, El discreto encanto de la burguesía, El fantasma de la libertad y Ese oscuro objeto del deseo. El libro nació espontáneamente de sus entrevistas en España y México durante los intervalos de las sesiones de trabajo; el uno evocando sus recuerdos, y el otro recogiendo las palabras del amigo y anotándolas.

El título El último guión es un guiño explícito a Mi último suspiro, además de un "sentido homenaje" a Jean-Claude Carrière, según explicaron los codirectores. Así, de alguna forma, el documental es "el último guión que escribieron juntos Carrière y Buñuel", señaló Javier Espada. El realizador valoró que la forma en que los pasajes del libro están llevados a la pantalla es "bastante arriesgada", porque" nunca se había hecho un documental haciendo un peregrinaje, siguiendo los pasos perdidos de Buñuel".

El documental aborda la evolución de la relación entre Buñuel, Dalí y Lorca, y cómo el asesinato del poeta le marcó hasta el final de sus días. El punto de partida es su encuentro en la Residencia de Estudiantes, donde también se sitúa Pepín Bello , última figura de la generación del 27 y considerado el cuarto amigo íntimo del trío. Precisamente Urresti comentó que contactaron con Pepín Bello para que participara en el documental pero "justo al día siguiente que hablamos con él murió".

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