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"Ser poeta es ser singular, distinto a la hora de contar las cosas"

  • El escritor argentino Carlos Andreoli interpreta hoy una selección de canciones y poemas en la librería Ubú

El cantante argentino dará un recital de poemas en la librería Ubú.

El cantante argentino dará un recital de poemas en la librería Ubú. / áLEX cÁMARA

"Si evaporada el agua, / el nadador todavía se sostiene, / no cabe duda, / es un ángel", decía el poeta Eugenio Mandrini, uno de esos amigos con los que Carlos Andreoli frecuentaba el mítico café Tortoni de Buenos Aires, un lugar donde se debatía la categoría artística de las letras del Tango y Jose Luis Borges terminaba los posos del café junto a Octavio Paz. Precisamente, de eso de "sostenerse", de "seguir en la lucha para engañar a la muerte", se podría decir que vive el autor argentino, ahora ya con los años a cuestas, pero con la vitalidad de un joven futbolista, de esos que le gusta mirar en los bares del barrio justo antes de pasarse a tomar la última por el bar de La Tertulia. Allí actúo la primera vez que vino a Granada "tan sólo para cinco días" aunque, "ya se sabe como son las cosas", acabó quedándose.

"Sea como sea uno arriesga lo que puede. Algunos me dicen que fui valiente al venirme, yo al final soy como Borges, me considero un cobarde, uno nunca sabe dónde te lleva la vida", reconoce Andreoli mientras se pide un café y explica el tiempo que dedica a cada poema en el que trabaja. De este, lo más apasionante quizás ese tiempo casi artesanal, de cocción que dedica a su poesía, un hecho poco recurrente en estos días donde los autores jóvenes no tardan en llegar a las cinco obras con apenas 25 años. "A los jóvenes les diría: "Ahí están los clásicos, elige aquellos con los que te sientas identificado". Mira la primera vez que yo leí a Oscar Wilde sentía que estaba conmigo, y estábamos a 110 años y 10.000 kilómetros de distancia", afirma un poco resignado. "Lo último que he descubierto es la poesía de Ioana Gruia, que me gusta mucho lo que hace, pero compréndeme, yo considero jóvenes a algunos que ahora tienen 50 años", asevera.

A pesar de todo, el autor argentino siempre ha sido generoso con las nuevas generaciones. Buena prueba de ello es la invitada a su recital de hoy en Ubú Libros, la joven poeta Marta Fernández Posadas. "Me parece que la vida del poeta está basada en dar, en compartir. Igual que das un verso, también debes empatizar y comprender lo que tienes alrededor. A mi me gusta conocer a los jóvenes interesados en el arte, es verdad que no a todos, igual que les pasará conmigo, pero siempre intento acercarme, aunque intento no cansarlos", reflexiona.

Andreoli incide en la lógica preocupación de cualquier artista, que es "trascender", aunque sea en algo pequeño, en alguien que leyó sólo un poema, o un verso, pero que demuestra que al fin y al cabo, sirvió de algo. ¿Qué haría falta? "Yo creo que lo importante del poeta es ser singular, ser distinto, los temas son siempre los mismos, el problema es cómo lo cuentas", afirma.

Entre sus influencias sobresale su paisano Raúl González Tuñón y Astor Piazzola. Del primero, poeta argentino, que coincidiera con los grandes nombres de la generación del 27, especialmente con Federico García Lorca, dice que " siempre habrá algo de él en cada poema que escriba". Del segundo, se esgrime esa relación a caballo entre lo literario y lo musical que Carlos lleva con la naturalidad del ditirambo griego, del que conoce e interpreta que no podrían nunca existir una sin la otra. "Me llama la atención que aquí no se cante en los recitales de poesía, en Argentina en cada ocasión siempre iba acompañado de una guitarra", comenta mientras explica la eterna relación del tango con lo poético: "Yo me relacioné con el tango desde la niñez, con los discos de vinilo de Piazzola pero principalmente a través de los debates literarios en los que participé más tarde, cuando se comprendió que el tango tenía el rango de poesía".

Mañana, a las 20:00 horas, dará un recital de poemas y canciones argentinas, con su último libro Las Joyas del Trovador bajo el brazo, en la Librería Ubú, donde ocurren últimamente las cosas. Allí emprenderá uno de esos viajes de ida y vuelta entre sus dos tierras que cada cierto tiempo suele brindar a quienes asisten a los pequeños encuentros que suele organizar. Y es que al escucharlo recitar, uno puede decir que el autor argentino ejerce un acto revolucionario: escuchar y ser escuchado. La ternura, esa herramienta tan en desuso, pero que no deja de ser un hito en nuestro tiempo, acompañada de la belleza del verso trabajado a mano y la potencia de la palabra de quien no quiere "dejar de nadar".

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