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El valor, y el agravio, de Ana Caro de Mallén regresa a las tablas del teatro

Julia Piera (dcha) como Doña Leonor en el estreno de la obra.

Julia Piera (dcha) como Doña Leonor en el estreno de la obra. / Sergio Parra

"En eso de poetas hay notable novedad tanto que aún quieren poetizar las mujeres y se atreven a hacer comedias". Estas líneas las puso en boca de sus personajes, con notable ironía, Ana Caro de Mallén (1590-1646) en Valor, agravio y mujer, la única obra que se conserva, junto a El conde Partinuplés, de esta hija de moriscos granadinos que desarrolló su vida literaria en el Siglo de Oro, desafiando a un mundo dominado por autores masculinos de la talla de Lope de Vega o Calderón de la Barca. Ahora, casi cuatrocientos años después, la obra de Caro de Mallén vuelve a las tablas de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CTNC), que por primera vez representa en su sala principal un texto de esta autora. 

La historia de Valor, agravio y mujer es heredera de su época, una comedia de capa y espada que redefine a su vez el mito del Don Juan, que ayudaron a popularizar, entre otros, Tirso de Molina con El burlador de Sevilla. La novedad, como apunta a este periódico Beatriz Argüello, directora de la versión de la CNTC, está en que por primera vez se enfoca desde un punto de vista femenino, criticando los comportamientos masculinos de la época, además de otros elementos como la división de clases. Así, la protagonista, doña Leonor de Ribera, es una mujer que ha sido burlada por Don Juan y decide viajar a Flandes para vengar su honra; para hacerlo deberá dejar atrás su condición de mujer y transformarse en hombre, Leonardo, convirtiéndose en un maestro de la espada y llegando a batir a duelo al hombre que un día amó. Finalmente, a modo de moraleja, doña Leonor termina por comprender que la venganza no es la mejor opción y que la idea del honor pertenece al pasado. 

Pese a esa originalidad, el nombre de Ana Caro de Mallén ha terminado relegado al olvido. Como tantas otras mujeres, el paso del tiempo ha terminado por borrarla de los libros de historia, un borrado que, en el caso de la autora granadina no solo fue metafórico, sino también literal. Según asegura Julia Piera, actriz que da vida a doña Leonor, los objetos personales de la escritora fueron quemados al contraer la peste, para evitar que se propagase, tan solo se salvaron las dos obras que hasta ese momento se habían estrenado. "Una pena", según Argüello, quien lamenta todo lo que se pudo perder pasto de las llamas "nunca sabremos si había mas manuscritos de sus comedias", se lamenta la directora.

Piera apunta hacia otro hecho a reivindicar sobre Caro de Mallén, fue una de las primeras autoras de Europa en cobrar por su trabajo como escritora, que no se limitaba solo a lo dramático, sino que, como indica Argüello, también realizaba labores de periodismo, convirtiéndose en la primera mujer del Siglo de Oro en vivir de la escritura. 

Actriz y directora coinciden al destacar la actualidad que envuelve la trama de Valor, agravio y mujer pese a ser una obra del siglo XVII. Para Piera, esa actualidad pasa, precisamente, por el concepto de 'honor', que en la versión de la CNTC se cambia por uno más moderno, pero "equivalente", como es el de la dignidad. "Como el honor, la dignidad depende de uno mismo, no te la tiene que recobrar nadie", explica la actriz, llegando a la misma conclusión que el personaje al que da vida sobre las tablas. 

Por su parte, Argüello destaca el hecho de que Caro de Mallén ponga a las mujeres como "el motor principal de la acción dramática". "Doña Leonor viaja a Flandes para vengar su honor y allí se encuentra con unas mujeres autónomas, liberadas, sin la figura paternal o de un hermano protector y son personajes con una entidad y una fuerza impresionantes", concluye la directora, quien insiste en que el estreno de esta obra, que tras Madrid viajará al Festival de Teatro de Almagro, "va más allá del hecho teatral, esto es importante a nivel cultural de nuestro patrimonio, de nuestras autoras, de nuestras artistas, darle el lugar donde se merecen".

Juana Escabias, la otra mujer a reivindicar

Piera y Argüello también coinciden a la hora de destacar el papel fundamental que ha jugado Juana Escabias para que esta representación haya llegado a buen puerto. La dramaturga lleva años estudiando la vida y obra de Ana Caro de Mallén y, tras varios estudios sobre ella publicados, decidió volver a representar sus obras. Fue entonces cuando se puso en contacto con Lluís Homar, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; juntos, remaron para que el proyecto siguiese adelante, como apunta Argüello. 

"Ana Caro de Mallén es la mejor dramaturga de esta época, por su destreza en el arte de la versificación y su dominio de las estructuras dramáticas a la hora de componer comedias", explica Escabias en una nota de prensa remitida por la Compañía con motivo del estreno, en la que también añade que en vida recibió el reconocimiento de sus contemporáneos como escritora, pero tras su muerte "quedó olvidada, y una gran parte de su producción teatral y de las informaciones referentes a su vida y trayectoria desaparecieron".

No es la única vez que Escabias lleva la vida de la autora granadina al teatro, ya lo hizo con Que mujer prodigio soy (dramaturgas de oro), una what if donde la dramaturga imaginaba qué hubiese pasado qué hubiese pasado si María de Zayas, Ana Caro de Mallén y Sor Juana Inés de la Cruz se encontrasen y compitiesen para hacer una comedia que sirva de celebración del cumpleaños de la reina.

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