Análisis

FÁTIMA DÍAZ

Gamberra y cutre maravilla

'Señoras del (h)AMPA' es un popurrí explosivo e inédito en una cadena en abierto

Está por ver que Telecinco sepa aprovechar el filón que tiene con Señoras del (h)AMPA, al borde del abismo de la temporada estival y con la decadencia en picado del género de comedias negras e irreverentes; sin irse a otra cadena, la propia La que se avecina, que ya no es -ni probablemente volverá a ser- lo mismo nunca más. Señoras del (h)AMPA es arriesgada, pero Mediaset ha de saber ya que tiene entre manos un producto duradero, no flor de un verano. De ahí que, antes incluso de su estreno, ya tuviera asegurada una segunda tanda de capítulos. Tras las lógicas reticencias iniciales, las Señoras del (h)AMPA no son el espejismo que otras veces -demasiadas quizás- nos ha intentado colar Telecinco. "Explosiva", "excepcional", "gamberra" o "hilarante"; son sólo algunos de los calificativos favorables que ha cosechado.

Un popurrí muy digno de referencias locas que consigue lo que muy pocas ficciones españolas llegan a lograr: mezclar géneros. ¿Y cómo lo hace? Marcando muy bien el tono, riéndose de todo dios y no olvidándose, jamás, del drama emocional que están contando. Maravillosos diálogos, actrices en estado de gracia, mezcla de géneros perfecta y entretenimiento puro; ahí es nada. Telecinco ha dado en el clavo, por fin, con una ficción tan clásica como gamberra.

Cuatro mujeres de clase baja, agotadas y destruidas emocionalmente, comenten un crimen sin querer (o queriendo) y es ahí cuando su vida empieza a cobrar sentido. Si a esto le unimos una niña con síndrome de Down vestida de Elsa de Frozen, una hija de p... en silla de ruedas, un niño acosador, una niña cabr.., un tío bueno, una vecina mala a rabiar, unos mafiosos y una escena de masturbación a expensas de David Cantero (presentador de Informativos Telecinco), pues no podemos pedir más. Bravo. Así de simple, y así de claro.

La trama, por ahora, cae en el pudor. Roza algunas líneas rojas, pero no las cruza. Eso sí, hay golpes de guión (ese chantaje con frigopie incluido) y algunos diálogos ("Su hija es puta"; "vale, pues yo ya se lo digo ahora") que levantan el producto a base de bien. Todas las lagunas argumentales se sustentan por ellas. Toni Acosta, Malena Alterio, Nuria Herrero y Mamen García están simplemente sensacionales. Mención especial merece Acosta, en la que es, sin duda, su mejor interpretación. Le han hecho un regalo y lo ha sabido aprovechar como nadie. Enhorabuena.

¿Qué problema hay, entonces, con esta serie? Que visualmente es un enorme paso atrás. Los decorados cantan a cartón piedra tipo Los Serrano. Hay problemas de sonido y escenas que, por montaje, se podrían mejorar. Aunque, insisto, hace tiempo que una serie española y en abierto daba para tanto. Maravilla cutre, pero maravilla al fin y al cabo.

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