Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

¿Cómo van las pymes españolas?

Esta semana, el Banco de España ha publicado un largo artículo sobre la evolución económica reciente de las pymes españolas y de su acceso a la financiación externa, basado en la encuesta que periódicamente realiza el BCE. Se centra en el periodo entre abril y septiembre de 2022, aunque también recoge las expectativas que declararon las pymes para el siguiente semestre, esto es, hasta marzo de 2023.

Las pymes españolas mantuvieron en ese período una evolución favorable de su actividad productiva, declarando un número mayor de ellas que habían experimentado un aumento de las ventas que las que señalaron lo contrario. Esto se produjo en todos los sectores, pero los de la construcción y la industria, por ese orden, son los que tuvieron un comportamiento comparativamente más dinámico.

Al mismo tiempo, también manifestaron que habían seguido sufriendo un incremento generalizado de los costes de los insumos y laborales. En concreto, un 65,2% de las pymes españolas señalaron, en términos netos, que habían aumentado sus costes laborales, y un 94%, que lo habían hecho el resto de sus costes de producción. De esta forma, la proporción de pymes españolas en todas las ramas de actividad que declararon un descenso de sus beneficios superó de forma amplia a las que manifestaron un aumento de estos.

No obstante, el indicador que evalúa de manera sintética la vulnerabilidad de las empresas, a partir de la evolución de su situación económica y de su nivel de endeudamiento, muestra que el porcentaje de las pymes españolas más vulnerables había permanecido estable y la proporción de compañías con una evolución más favorable de su situación económica y financiera no había presentado tampoco variaciones significativas.

Por otra parte, en cuanto al acceso a financiación externa, las pymes españolas declararon, por primera vez desde 2013, un deterioro en el grado de accesibilidad a préstamos bancarios. Aun así, el deterioro habría sido más moderado que el que anticipaban seis meses antes y muy por debajo de los valores observados durante la última crisis financiera. Percibieron un aumento tanto de los tipos de interés como de otros costes financieros, en consonancia con el proceso de normalización de la política monetaria del BCE, y una mayor exigencia en las garantías requeridas, mientras que, sin embargo, habían mejorado algo tanto las cuantías concedidas como el plazo.

Para el semestre siguiente, hasta marzo de 2023, las pymes españolas esperan una clara desaceleración de la actividad, de modo que solo un 4,3% de estas sociedades cree, en términos netos, que sus ventas crecerán en este período. También esperan una notable intensificación del deterioro en el acceso a la financiación, lo que, de acuerdo con las respuestas de las empresas, estaría principalmente relacionado con un empeoramiento de las perspectivas económicas generales. No obstante, consideran que esas mayores dificultades para financiarse son las menores de sus preocupaciones. Al ser preguntadas las pymes españolas sobre esto, la mayoría de ellas señalaron que los aspectos que más le quitaban el sueño son el incremento de los costes laborales y de producción así como la falta de personal cualificado.

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