¿Adiós a Trump?

Existe la duda de si Trump hará factible un traspaso de poderes pacífico y democrático

El país que más pregona la fortaleza de su democracia y emite lecciones de todo tipo desde una superioridad más que discutible, nos ofrece estos días un espectáculo lamentable en el proceso de elección del nuevo presidente de la nación. EEUU es hoy un ejemplo a no imitar con una situación interna cuyas consecuencias en el resto del mundo están aún por ver.

Trump cuestiona la limpieza del proceso electoral sin aportar ni una sola prueba que permita avalar ninguna de sus acusaciones. Sus declaraciones huelen a gasolina capaz de incendiar comportamientos de confrontación social que podrían derivar en violencia. La fractura de la nación americana es una evidencia a ojos del resto del mundo. Y el único protagonista responsable de esta lamentable situación es el actual presidente Donald Trump.

Dado que en estos momentos aún hay en marcha un recuento de los votos y que Trump está iniciando un proceso de reclamación en los tribunales, nada está cerrado definitivamente a pesar de que hasta ahora todo apunta a una posible derrota del actual presidente.

De confirmarse el cambio de inquilino en la Casa Blanca, queda la duda de si Trump dirá adiós, si hará factible un traspaso de poderes pacifico y democrático o si será protagonista de un largo y patético conflicto político que derive en inestabilidad y que tenga impacto en el actual equilibrio geopolítico a nivel mundial.

En cualquier caso, mirando el escaparate mediático que nos traslada la pésima y lamentable imagen de un presidente que en sus últimos días es capaz de deslegitimar el proceso democrático, podemos extraer alguna lección para nuestra realidad cotidiana. Y es que cuidar la democracia en cada una de las acciones de cada día y en el perfeccionamiento continuo de sus procedimientos, es algo vital que puede condicionar el bienestar actual y futuro de nuestra sociedad.

Cuidar de la democracia es algo que está en manos de todos y casi diría que es una obligación de todos: ciudadanos y responsables públicos. Porque una democracia fuerte es la base para la convivencia y el progreso social y económico. Y convivir y progresar es un objetivo de enorme trascendencia. Trump creo que nos da una lección de lo que no debe hacerse. ¿No creen?

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