"Dale un chavico mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada". Eso dice el dicho popular, y ante estas vistas tiene más razón que un santo. Pero el autor del dicho no contó, seguramente, con la posibilidad de que tal panorámica de la ciudad y la Alhambra fuese, finalmente, decorada con el objeto colocado en la loma del Cerro de San Miguel. Que, para empezar, no tiene ojos al faltarle la cabeza que los sujetase. Y, por si todo eso fuera poco, tiene el gran inconveniente de ser de plástico.

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