Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

Charlton Heston

LA madrugada del domingo falleció a los 84 años, víctima de una enfermedad degenerativa similar al alzheimer, una de las grandes leyendas cinematográficas de todos los tiempos gracias a haberse convertido por arte y magia del celuloide en Ben Hur, El Cid, Moisés en Los Diez Mandamientos o el mismísimo Miguel Ángel en El tormento y el éxtasis, casi todos personajes históricos que inconscientemente identificamos con su figura, con Charlton Heston, cuando nuestra memoria invoca aquellos tiempos de gloria y miseria, de amor y guerra, de ternura y crueldad.

Con él se van muchas de nuestras ilusiones de la infancia, de cuando nuestros padres nos llevaban al cine para contemplar las grandezas de Judá Ben Hur frente a Messala en la carrera de cuádrigas más famosa de la historia o sus penalidades en el puerto de Tiro como remero de galeras. En éstos y en otros muchos fotogramas de su dilatada carrera cinematográfica, Charlton Heston nos hizo vibrar y enmudecer de emoción interpretando a Rodrigo Díaz de Vivar o al propio Miguel Ángel Buonarroti, en una película con escenas inolvidables sobre la violencia de temperamento tanto del artista florentino como del Pontífice Julio II, a cuyas órdenes trabajó, y aunque no podían dejar de suscitarse conflictos entre ambos, volvían siempre a encontrarse de nuevo, pues eran dos caracteres unidos por una secreta afinidad.

Controvertido y polémico como alguno de sus personajes, Charlton Heston no sólo bordó grandiosos papeles de cuño histórico, sino que también nos hizo meditar con imágenes tan impactantes como la de la Estatua de la Libertad semi hundida en la arena de una playa en la futurista El planeta de los simios. Aunque, sin duda, la faceta más polémica de este republicano convencido fue la de su actividad al frente de la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos, organización defensora a ultranza del derecho a la libre posesión de armas de fuego, que ha sido criticada desde todos los frentes, incluso por Michael Moore en su conocida película Bowling for Columbine.

A pesar de todo, siempre nos quedará su legendaria carrera cinematográfica, con más de setenta películas y un oscar en su haber por la laureada Ben Hur, con once estatuillas, sólo igualada tras muchas décadas por Titanic y El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Se fue con gran entereza y compostura, la misma que le llevó a revivirnos a los grandes de la Historia, envolvernos en grandiosas historias trepidantes y estremecedoras, metiéndose magistralmente en la piel de sus protagonistas. Rey por méritos propios de un cine histórico y épico que añoramos, tanto como a su principal héroe.

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