Dedico esta columna al libro que ha coordinado la arabista Bárbara Boloix Gallardo y Cynthia Robinson: El palacio nazarí de Daralhorra, publicado por el Patronato de la Alhambra y Generalife y la Editorial de la Universidad de Granada en 2019. Se trata de una de las joyas del Albayzín no suficientemente conocida que merecía un estudio en profundidad como este.

Después de una introducción de las coordinadoras se suceden una serie de capítulos en forma coral de diversos especialistas. Bárbara Boloix trata el tema de Dalahorra, "la casa de la libre". Una propiedad femenina de la dinastía nazarí. Amalia Zomeño Rodríguez estudia Daralhorra en la Alcazaba Cadima: propiedades reales a finales del siglo XV. Cynthia Robinson y Amalia Zomeño analizan la Fundación del convento de Santa Isabel la Real: adopción y adaptación de Daralhorra. Antonio Orihuela Uzal se centra en el Análisis arquitectónico, mientras que Bárbara Boloix estudia las inscripciones árabes de Daralhorra en el contexto de la epigrafía medieval. Por último Cynthia Robinson estudia el ornamento. Cierra el libro un útil índice de ilustraciones y la reseña de las fuentes y bibliografía.

En la introducción, las coordinadoras resumen el espíritu de este palacio, su fascinante historia. Fue casa residencial de la dinastía de la Alhambra para pasar luego a ser primer convento de monjas clarisas de Santa Isabel la Real; también por sus habitantes, primero sultanes y sultanas nazaríes, luego religiosas cristianas, algunas de ellas incluso moriscas descendientes de nazaríes.

Daralhorra tiene los elementos que la conforman como casa paradisíaca, como son el agua y los jardines. Su arquitectura guarda la intimidad de la mujer musulmana, protegida del exterior.

Posiblemente fue la madre de Boabdil, A'ixa, la que habitó este palacio. Muley Hacen se encapricha de su esclava cristiana Soraya o Zoraida (Isabel de Solis) que la toma como concubina. Para protegerla de los celos de A'ixa las separa mandando a A'ixa al Albayzín, según narra Hernando de Baeza.

Francisco Bermúdez de Pedraza (1576-1655) nos relata que Daralhorra era propiedad de una infanta de la dinastía nazarí pero los Reyes Católicos se la ceden a Hernando de Zafra, quién realizó algunas reformas en el edificio, sin embargo Isabel la Católica le pidió que la devolviera para establecer allí un convento de clarisas.

Recordar que los domingos la visita es gratuita a este palacio que vale la pena visitar y donde se puede disfrutar de la exposición "La ciencia de al-Andalus" de El Legado Andalusí, así como de las vistas a las murallas del Albayzín que rodeaban a la Alcazaba Cadima y excelentes panorámicas de la ciudad.

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