El lanzador de cuchillos

Diego

Le gusta persuadir, no imponer. Es de los que entienden que los logros sólo son posibles si todos participan

Un buen entrenador debe tener buenas ideas y capacidad didáctica para transmitirlas. Pero hay técnicos que añaden a esas dos premisas esenciales una fiebre obsesiva: la pasión por el estilo, por una identidad futbolística propia e innegociable. Diego Martínez, el entrenador que ha devuelto al Granada a la máxima categoría del fútbol español, es uno de ellos. Su filosofía es simple -orden y talento- y por eso es tan difícil de aplicar. Necesita de un líder firme de convicciones sólidas y objetivos claros, capaz de involucrar en su proyecto a un grupo humano complejo como es un equipo de fútbol profesional. Pero Diego no es un hombre autoritario: le gusta persuadir, no imponer. Es de los que entienden que los logros sólo son posibles si todos participan. Que en el fútbol -en la vida- nadie consigue nada aislado del resto. Su forma de establecer los compromisos con la plantilla es la de un hombre dialogante y optimista, que argumenta y justifica todo lo que sucede a través del esfuerzo común, en el que también incluye a la grada.

El efecto Martínez -espíritu competitivo y capacidad para motivar a los jugadores y hacer de/con ellos un grupo comprometido, unido y solidario-, ha sido, sin duda, la clave del éxito cosechado por el Granada en la temporada que ahora termina. El vigués ha rescatado a una escuadra que había perdido la confianza en sí misma fundamentalmente porque carecía de personalidad futbolística. Demasiados entrenadores en demasiado poco tiempo habían hecho del Granada un equipo de estilo indefinido y carácter insustancial, que afrontaba los partidos no como una posibilidad, sino como una amenaza. Diego insufló seguridad a una plantilla mediana y corta y le devolvió a la entidad la fe en sus posibilidades. Con un patrón de juego que se puede discutir -como todas las ideas futbolísticas-, pero absolutamente reconocible y que ha mantenido, contra viento y marea, hasta en el partido homenaje de la última jornada.

A otro Diego, también rojiblanco, con el que muchos comparan al entrenador gallego del Granada, le preguntaron en una ocasión si tenía la sensación de estar luchando contra la idea de que al fútbol sólo se podía jugar bien si se hacía de una determinada manera (en referencia al juego de toque). Y el entrenador del Atleti contestó: "Al fútbol se puede ganar de diferentes maneras y cada uno elige la suya. El Barça y la selección española nos llevaron detrás de una idea que es hermosa, claro, pero para correr rápido hay que tener un auto bueno. Si el tuyo no lo es tanto, tendrás que buscar la manera de pincharle la goma al otro y correr lo más cerca que puedas de él". Palabra de Diego. Simeone y Martínez.

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