Las lluvias torrenciales que estos días están asolando distintos puntos de Andalucía, Granada incluida, son el ejemplo más claro de que el actual modo de vida del ser humano es inviable. El líquido elemento no entiende de urbanismo ni infraestructuras y nos ha recordado estos días quién manda aquí. Frente a la madre naturaleza, el ser humano sigue siendo un bebé indefenso que poco más que llorar. Pero aún estamos a tiempo de madurar.

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