La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Estación de AVE en la Vega y parques chinos

La propuesta de sacar el tren de Andaluces afecta a los dos grandes asuntos pendientes del urbanismo en Granada y por eso sería deseable que se abordara de un modo serio y transparente, salvo que sea un globo sonda

PODRÍA no ser más que un enorme globo sonda o una idea para solucionar dos grandes conflictos. Un dos por uno del urbanismo. El gobierno socialista de Granada propone incluir en el nuevo Plan General de esta ciudad el traslado de la actual estación de AVE de Andaluces a una franja de terreno de la Vega. Para ello ha difundido unas infografías donde se puede ver cómo quedaría la ciudad tras el cambio. Al otro lado de la Circunvalación, las vías de tren rodeadas de montones de árboles; y en el suelo que ahora ocupa toda la infraestructura ferroviaria, entre Chana y Pajaritos, una enorme franja de vegetación y pistas de deporte pintadas de azul, que de un primer vistazo parecen grandes lagos que salpican el corazón de la ciudad.

Parece otra Granada. Y tanto, porque las imágenes modelo que han publicado en redes sociales son las de Nanshan, una gigantesca ciudad del sur de China con 2,2 millones de habitantes, conocida por sus rascacielos y sus enormes parques temáticos.

Ejemplo de corredor verde para Granada tomada de una ciudad de China Ejemplo de corredor verde para Granada tomada de una ciudad de China

Ejemplo de corredor verde para Granada tomada de una ciudad de China / Ayuntamiento de Granada

El alcalde, Francisco Cuenca, acompañado del equipo redactor del Nuevo Plan, compareció ante los medios de comunicación esta semana para hablar del proceso de creación del documento urbanístico, pero no desvelaron con rigor ni detalles realistas –más allá de esos dibujos bucólicos– una propuesta que aborda de una tacada dos de los grandes asuntos de desarrollo de esta ciudad, que permanecen sin respuesta ni avance desde hace más de dos décadas.

El primero de ellos sería el de la llegada del tren, porque hace más de 20 años que se le da vueltas a la construcción de una estación adecuada que además solvente el problema de unas vías que dividen un barrio y cruzan un río. Sería muy tedioso recordar aquí los mil pasos, preacuerdos, convenios y hasta proyectos, como el de Rafael Moneo, que se han sucedido durante todo este tiempo. Pero con todas las variaciones posibles, hasta ahora parecía haber una especie de consenso -no sé si tácito- en la ciudad, sobre que Granada se merecía una estación céntrica, en el mismo lugar donde está, aunque eso supusiera un coste adicional para sortear los obstáculos antes mencionados. Es decir, que implica soterrar vías y eso siempre es más caro.

Sólo ha habido un desmarque importante en este tiempo, el del exalcalde José Torres Hurtado, que propuso trasladar la estación a la rotonda Europa para eludir todas esas trabas y acelerar el proyecto antes de la llegada del AVE, lo que evitaría soluciones provisionales como la actual que se quedarían para muchos años. Esta idea no convenció ni a su propio partido (PP) y hasta parece que levantó enormes suspicacias por los desarrollos urbanísticos que el cambio llevaría aparejados.

En las filas socialistas, con Cuenca a la cabeza, siempre, siempre, siempre, se exigió que la estación se quedara donde estaba. No digo que sea malo cambiar de criterio con los años y las variables circunstancias, incluso pudiera ser que la nueva idea sea una gran solución. Pero primero habrá que conocerla bien. No basta con pintar unas vías y unos árboles, hay que explicar lo que eso supondrá en aprovechamientos urbanísticos, lucrativos, espacios libres reales, equipamientos… Al otro lado no hay niños pequeños que ven dibujos animados. Y si además se va a dar un giro de 180 grados en una postura más que asentada y reivindicada durante décadas en Sevilla y Madrid, lo normal es explicarlo, porque me consta que hasta ha cogido con el pie cambiado a muchos socialistas que llevan media vida repitiendo que la estación tiene que ser de primera y en el centro. Ya ha apuntado el gobierno local que sería un proyecto más realista porque es más barato y que además el Ministerio ya les ha dicho que lo ven con buenos ojos. Normal. La realpolitik se suele imponer cuando se quiere avanzar.

Y el segundo asunto crucial para Granada que afecta a esta idea del nuevo Plan General es el del salto a la Vega. Hasta ahora la Circunvalación ha sido como una especie de línea roja que en las últimas décadas ningún proyecto urbanístico podía pasar. Durante los largos años de gobierno del PP hubo todo tipo de propuestas, incluso en los mismos terrenos donde ahora se ha hecho el dibujo de la estación, junto a la salida de Méndez Núñez. Es cierto que son unos suelos sin cultivar y sin rastro de maleza; un erial donde se han puesto circos ambulantes o aparcamientos ilegales hasta que se convirtieron en competencia desleal y hubo que poner cadenas.

Pero ese argumento, el de la degradación del terreno, era el mismo que esgrimía el concejal Luis Gerardo García-Royo en 2004 cuando proponía convertirlo en un aparcamiento legal en superficie (también lo pintó con arbustos muy verdes intercalados), donde dejar el coche para acceder a pie a la ciudad. El PSOE se opuso de modo radical, que lo denunció a la Junta, que lo llevó a un juez, que paralizó el proyecto. Y el erial se quedó allí, en el mismo sitio donde ahora el Ayuntamiento propone poner la estación de tren. Más de 20 años se ha hablado de hacer proyectos de regeneración natural allí, pero tampoco. Así que el tema de qué hacer con la Vega, en especial la colindante a la ciudad y que ya poco tiene de vega, es otro de los asuntos, como el de la estación, que parece no tener solución. Los redactores del nuevo PGOU (ahora se llama NPG) dicen que no hay traba legal, porque meter una estación es como expropiar para una carretera. Ya imagino que a los defensores de la Vega lo que más les preocupa es todo eso que se suele levantar justo al lado de las estaciones.

En cualquier caso, la propuesta implica abrir dos de los grandes melones del urbanismo en Granada y por eso sería deseable que el asunto se abordara de un modo claro y transparente, salvo que lo que se pretenda solo sea hacer una labor de sondeo, para vender humo en tiempo electoral y sin mojarse del todo. Por si caen chuzos de punta y hay que recular.

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