Esta imagen parece reunir dos realidades que suelen ir aparejadas. Nos referimos al absentismo y al verano. Lo que pasa es que, más allá de lo que la apariencia de la foto sugiera, este cielo pertenece al recién estrenado otoño. Pronto, ese celeste dejará paso a la nubosidad que le acompaña un poco más a la derecha. O a las lluvias que, esperemos que con menos intensidad, nos han acompañado en septiembre. Vuelve la rutina y desaparece el sedenterismo, pero no tanto el inmovilismo. Es momento de salir de la zona de confort y emprender. Actitud inquieta, ese es el camino.

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