Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Covid, Filomena y Trump

Tres nombres destructores, con el siniestro virus más demoledor este año, según la OMS

Dice la Organización Mundial de la Salud que en 2021 los efectos del Covid-19 serán más devastadores que en 2020. La misión de la OMS es advertir a gobiernos y ciudadanos de los riesgos de plagas o pandemias. La gente que no ha perecido en esta cruel y silenciosa guerra -en España el INE ha contabilizado 80.000 muertos más el pasado año- está no sólo preocupada por la salud, sino hastiada de ver telediarios con las mismas imágenes de las desbordadas UCI, ruedas de prensa de políticos y portavoces -las contradictorias de Simón, cuando se compara la hemeroteca, entra en el esperpento de la gestión-, peleas entre políticos ignorantes -no hay especialistas entre ellos-, tertulianos y comentaristas que sabemos tanto de medicina como el ministro Illa o el presidente Sánchez, es decir, nada. Hablamos todos como simples ciudadanos, pero como tales, además de lamentar la situación, las muertes, la ruina de tantos colectivos, las incompetencias y la lentitud con la que nos suministran la esperanza de la vacuna, tenemos derecho a criticar triunfalismos insultantes, referidos en anterior columna. Admitiremos restricciones perimetrales y si hacen falta arrestos domiciliarios -llamados confinamientos- por responsabilidad ciudadana de la inmensa mayoría, pero no nos abrumen con sermones de los incompetentes de turno

Un nombre que ha ocupado los medios de comunicación en España es el de Filomena que ha demostrado lo poco preparados que estamos aquí para estos fenómenos, pese a los reiterados avisos. Falta de preparación y previsión. Han tenido que llegar los de siempre -la UME, los bomberos, protección civil, hasta voluntarios- para remediar la situación. No sé cómo se las arreglan países donde la nieve no es una excepción ni un motivo de fiesta. Deberían pedir consejo a nuestros gobernantes.

Otro nefasto personaje se ha sumado a la actualidad: Donald Trump, alentando el también esperpéntico asalto del Capitolio de EE.UU. Un ultraderechista populista, millonario por si fuera poco, que es lo que le diferencia en los métodos con populismos de distinto signo, ha sumido a su país a un ridículo monumental, con esos individuos con cuernos, pintarrajeados o enarbolando diversas banderas, ocupando tan venerable institución democrática. Aunque la España cainita no puede dar lecciones de convivencia, salvo en las últimas décadas, que algunos quieren borrar, advertíamos, cuando tomó posesión de su cargo, del peligro de un ultra cerca del botón rojo. No se han cumplido los peores temores, pero veremos si servirá de advertencia a los 75 millones de estadounidenses que le apoyan, como al resto del mundo dónde populistas de los extremos gobiernan o intentan gobernar. El ridículo es lo de menos, lo peor son los peligros que puedan acarrear.

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