SALVO por las protestas de un grupo de animosos jóvenes creadores de Granada, escandalizados con razón por la pérdida del centro de arte de la calle Oficios, sorprende el silencio y la impunidad con que la ciudad está dejando escapar el legado de José Guerrero, uno de los grandes artistas de la vanguardia española del siglo pasado. Todo el esfuerzo económico y moral desplegado en su momento por recuperar su obra, y los diez años de excelente labor divulgadora del museo, están siendo sepultado por una vergonzosa capa de desinterés. Ya no se trata de saber quién es el responsable de la pérdida de la obra de Guerrero sino de agotar todas las posibilidades para impedir una calamidad cultural de grandes proporciones de la que la ciudad, algún día, se lamentará. ¿Qué tienen que decir las autoridades que cuidan con aparente mimo el patrimonio artístico de Andalucía? ¿Saben quién es Guerrero? ¿Les importa que su obra se vaya a Madrid? ¿Sabe la consejera de Cultura algo? ¿Y el Ayuntamiento? De momento, silencio.