La colmena

Magdalena Trillo

Iguales entre iguales

SI la Corona planeó contrarrestar la semana del circo mediático en los juzgados de Palma con una cara amable de los Príncipes en Granada, se equivocó. Puede que la monarquía esté en declive, pero no para los políticos cuando lo que se disputan es su posición en la 'foto'. Tal vez no lo recuerden, pero la mayor crisis que se ha producido entre el Ayuntamiento de Granada y la Diputación se desató hace diez años en Fitur por una visita del Rey que la capital había pactado a escondidas de la institución provincial. La imagen fue dantesca: Torres Hurtado haciéndose el remolón mientras el entonces presidente le esperaba para comenzar un acto de entrega de premios… Hasta que llegó el Rey y se entendió la 'jugada'… Don Juan Carlos saludó efusivamente al alcalde y el equipo de seguridad por poco no deja ni acercarse a Martínez Caler pensando que era alguien sin importancia… Aquello terminó con la expulsión del Ayuntamiento del Patronato de Turismo y largos años de división del sector. Y así seguiríamos si el PP no hubiera ganado la Diputación.

Ahora ha sido el Premio Lorca, en la 'foto' se medían un obstinado Pepe Torres y una exultante Susana Díaz y lo que se arrojan a la cara son los decretos de protocolo; quién interviene y en qué orden… Nada hubiera ocurrido si la misma 'bandera' ondeara en la Plaza del Carmen y en San Telmo. Da igual quién lleve la razón sobre el papel; los dos pierden los argumentos cuando se enzarzan en una bronca de protagonismo dañando la imagen de Granada, ensombreciendo uno de los actos de referencia en la agenda cultural de este país y perjudicando, por muy en horas bajas que esté, a la Casa Real. La presidenta plantó a los Príncipes en la ceremonia y unas horas antes hizo lo propio el alcalde ausentándose de la visita a la Alhambra.

Dentro de unos años, pocos se acordarán de quién recibió el premio de poesía pero no de la polémica que se montó. Y los primeros damnificados son los políticos, la política. Publicamos hoy las conclusiones de un sondeo que ha encargado el PSOE de la capital y poco margen hay para las ambigüedades: más de la mitad de los encuestados considera que ninguno de los dos grandes partidos sirve para solucionar los problemas; después del paro, obras y atascos, la mayor preocupación son los propios políticos. Sobre Torres Hurtado y Paco Cuenca, se constata lo que usted ya sabrá: que el alcalde está muy desgastado y que el líder de la oposición no tiene carisma. Eso sí, se desmonta la idea de que el PP arrasaría en la capital con un PSOE sólo tres puntos en intención de voto. Preocupante para unos y esperanzador para otros. En este escenario, claro. Porque la maquinaria de los partidos ya está en marcha...

Les planteo un futurible: quién ganaría en la capital si se enfrentaran Teresa Jiménez y Sebastián Pérez. Si la secretaria general de los socialistas termina por ser la única opción de consenso para las primarias de septiembre y si el presidente del PP se posiciona como amortiguador de Torres Hurtado.

En el PSOE, la 'vieja guardia' ya ha despertado preocupada por la falta de liderazgo de Cuenca y empiezan a sonar nombres: el diputado Martínez Olmos está dispuesto a competir pero en otra liga, la federal, la consejera María José Sánchez podría ser una opción si no se hubiera ido en su día del Ayuntamiento, Chema Rueda podría imponerse si no fuera porque sus intereses son otros, la vía 'catedrático de prestigio' que podría encarnar Gregorio Cámara no termina de convencer, Baldo Oliver se mantiene como posible 'tapado' y de María Escudero no se tiene claro si ha dicho -o no- su última palabra. En este mar revuelto, y sabiendo que la perspectiva en el regional de Susana Díaz es el ostracismo, Teresa Jiménez sería una opción. La misma, advierten quienes lo ven como una operación de control sobre la Torre de la Pólvora, que la que se hizo en su día con Moratalla... con las consecuencias que todos conocemos. Quedan meses para animar las quinielas y quedan sobre todo unas primarias con voto secreto -¿olvidaron lo que le pasó a Almunia?- que pueden fabricar y tumbar en horas a cualquier protagonista.

En esto pensaba el jueves cuando el poeta Eduardo Lizalde se refirió a Lorca como un ángel, un mago, un "único entre iguales" y en esto pensaba ayer mientras seguía el 'desfile' de la Infanta. Recordando a los emperadores romanos que dieron nombre al 'primus inter pares', frustra pensar que nada hemos avanzado: los 'iguales entre iguales' de la política guerreando por ser alguien; los que nunca fueron 'iguales entre iguales' pretendiendo parecerlo sentados, serenos, antes el juez.

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