Cristina Morales ha sido reconocida con el Premio Nacional de Narrativa, un 'bombazo' para una autora que viene de ganar el Herralde y que ya es mucho más que una promesa. Esta escritora granadina se sienta por derecho propio en la mesa de los números uno de la literatura nacional rompiendo por completa la barrera del gran público y de los premios gracias a Lectura fácil. Esta semana se encuentra en Latinoamérica levantando expectación en países que son cunas de grandes escritores como México o Cuba y sembrando su pensamiento a contracorriente. Y es que lo suyo tiene un mérito cuádruple: primero por haber llegado tan lejos con un pensamiento ácrata y difícil de encasillar en unos tiempos de intelectuales endebles y pensamientos vacuos. Segundo, por su edad (con menos de 35 años tiene una trayectoria que a otros les cuesta una vida) y a esto se le añade lo de ser mujer, que por desgracia sigue siendo un obstáculo que ojalá desaparezca. Y cuarto por ser de Granada, esa ciudad que, en palabras de César Requeséns, "se inflama al pronunciar la palabra cultura pero que se desinfla cuando tiene que destinar fondos para darle la realidad debida".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios