lapidario

Leyendo en los posos del contenedor

QUE la crisis obliga a malvivir a miles de granadinos no es nada nuevo, pero impresiona saber que hasta la recogida de basuras ha bajado un 6% porque la gente ya tiene dificultades incluso para comer. Se acabaron los derroches y el consumismo. Hasta el papel y el cartón de los contenedores de reciclaje se han convertido en una fuente de ingresos para personas que están empezando a robar este material para venderlo y sacar algún dinero. No hace mucho, el concejal de Medio ambiente reconocía que se estaban empezando a detectar nuevos robos en la ciudad: esta vez de fuentes para beber y piezas de los aparatos de gimnasio para mayores. La situación no es exclusiva de Granada, la tendencia se está dejando notar por toda España y da idea de lo preocupante que empieza a ser la realidad. Cuando el contedor se convierte en un poso en el que leer la desventura de sus ciudadanos es que la situación empieza a ser desesperada.

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