Misterio y penitencia

Hay cargos que tienen ataques de fervor religioso en Semana Santa y el resto del año se dedican a mentir y a robar

Aquello que me conocen saben que tengo una teoría pseudocientífica para explicar por qué en las semanas que llamamos Semana Santa suele llover, y dejemos en mayúsculas su enunciado. El origen de mi teoría es bastante simple y proviene de que en nuestra tierra, refiérome al sur de España (también con mayúscula), lo habitual es que llueva poco y que cuando la cosa aprieta, es decir cuando Lorenzo, el astro Sol, permanece de continuo en el firmamento y las nubes escasean muchos y muchos meses, entonces hay tradición, como dicen que es la Semana Santa, de sacar a paseo al Santo Patrón o a la Santa Patrona (seguimos con mayúsculas) con rogativas fervientes para que el Sol desaparezca y las nubes dejen caer el agua y se remedie el problema. Y digo yo, con pensamiento analógico y claramente poco científico que si dedicamos una semana a sacar, no a los santos y santas, que al fin al cabo serían deidades menores (por eso ahora lo pongo en minúsculas paganas), sino que paseamos al fundador de la Semana Santa y a su madre, en todas sus denominaciones dolorosas, pues siendo lógico, lo natural es que el cielo obedezca y deje caer sus acuosas bendiciones. Por natural, la primavera me daría otra explicación más científica.

Esto dicho así, a lo pseudocientífico, ya sé que es un pecado muy gordo y merezco probablemente una penitencia igualmente grande. Y que todos los dioses y el Dios que corresponda me perdonen en esta vida y en las otras si las hubiera.

En todo caso, yo cumplo, en esta vida, la penitencia de no poder solventar el misterio que me supone el no encontrar solución ni explicación lógica al porqué a los españoles y españolas, en particular en algunas ciudades más que otras parece darles un paroxístico ataque de fervor religioso tan agudo en esa Semana Santa mientras que durante el resto de las otras 51 semanas del año pasan olímpicamente, otra vez estamos mezclando dioses, de cumplir con alguna que otra obligación religiosa. Y cuando hablo de españoles y españolas, no se me ofenda el pueblo llano, que sus buenas razones tiene para pecar, hago referencia a los que ocupan cargos de relevancia y prestancia. Cito a todos aquellos que al menos durante otras 51 semanas no cumplen con la religión y se dedican a levantar falsos testimonios, entiéndase a mentir con descaro, y a robar a manos llenas y sin pudor al pueblo al que deben servir. Todo un misterio. Vale.

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