La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

Perdidos en el laberinto

Mientras los políticos atienden el teatrillo del Congreso o los asuntos de su campaña electoral, la gente normal se topa con una administración que no resuelve sus problemas

Perdidos en el laberinto

Perdidos en el laberinto / Efe

Me bastó el desayuno rápido en una cafetería para constatar una intuición. Al fondo del local, la televisión ofrecía las imágenes y los discursos del Congreso de los Diputados, donde se debatía ni más ni menos que una moción de censura para tratar de cambiar al presidente del Gobierno español. No encontré un par de ojos en todo el concurrido local que se fijara en la pantalla, ni de pasada. Grupos de compañeros de trabajo que comentaban sus asuntos laborales, entre risas, para aflojar tensión; una señora sola que removía su taza de café y miraba al infinito -siempre juego a imaginar qué habrá en la mente de una persona en tal circunstancia y no creo que fuera el hemiciclo-; dos jóvenes con sus móviles, más gente con sus móviles, unas amigas planificando el próximo finde, y yo, con mi móvil y mis auriculares escuchando a Tamames. Dejé de hacerlo cuando comprobé que lo interesante estaba a mi alrededor.

Confirmado, ni el longevo aspirante a presidente, ni la larga respuesta de Pedro Sánchez y ni siquiera el blanco atuendo de la ministra Yolanda Díaz, importaban algo en esa cafetería de un barrio de Granada, que es una como otra cualquiera de las que hay en España. Podríamos argumentar que no había emoción, que se sabía el resultado de la moción por adelantado y que ha sido un vodevil. Pero no creo que la situación cambiara mucho si los políticos estuvieran debatiendo en ese momento los Presupuestos Generales del Estado o la última reforma del Código Penal. Hay que asumir la lejanía de la política y la desconexión que siente la población hacia algunas instituciones públicas.

Esta semana, el Defensor del Ciudadano de Granada, Manuel Martín, nos ha dado otro baño de realidad con la presentación de su informe anual y su discurso en el salón de plenos del Ayuntamiento, que nunca deja indiferente a nadie. Se ha centrado en esta ocasión en el “laberinto” que la burocracia y las administraciones son para el ciudadano de a pie. ¿Qué efecto tiene en plena precampaña electoral la constatación de que hay miles de personas en la ciudad que se quejan del funcionamiento de sus administraciones? ¿Cómo se concilia esa situación con la aspiración granadina de ser una referencia en inteligencia artificial? Todas las claves y reflexiones están en el artículo completo que, como cada domingo, llega de forma gratuita, en forma de newsletter, a los correos electrónicos de quienes se hayan registrado para recibir semanalmente este boletín de La Rayuela. Estás a tiempo, solo tienes que suscribirte pinchando aquí para recibir el artículo de este domingo. También lo encontrarás en la edición en papel de Granada Hoy y en formato PDF.   

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