La esquina

josé / aguilar

Primarias socialistas

CASI lo único positivo, y no es poco, de las elecciones primarias que celebran hoy los socialistas para designar a su nuevo secretario general, es el hecho mismo de que se celebren. Hurtarle en la práctica a los delegados a un congreso -dirigentes y cuadros, al fin y al cabo- la capacidad de elegir al líder para entregársela a todos los militantes, por sufragio directo y secreto, supone un gran paso adelante, seguramente irreversible, en la democratización del PSOE.

Hasta ahí, bien. Lo malo es que el acontecimiento tiene lugar en un momento de máxima debilidad del partido. De desconcierto, desánimo y pesimismo. El PSOE pasa uno de sus peores trances, después de perder varias elecciones sucesivas y temeroso de perder también las próximas, descabezado de sus mejores dirigentes y, sobre todo, ayuno de ideas y sin respuestas a las crisis que atraviesa el país.

Tan es así que a los casi doscientos mil militantes socialistas se les emplaza a escoger entre tres candidatos de segundo nivel -escrito sea con todos los respetos- que en condiciones normales no habrían aspirado a dirigir al partido que más años ha gobernado en la España democrática. Son los que se han lanzado, se podrá argumentar, pero de ahí viene el problema, de que solamente ellos hayan dado el paso adelante y que nadie más haya ambicionado liderar la gran organización de la izquierda nacional. Un drama.

El transcurso de la campaña de estas primarias no ha hecho más que refrendar dicha impresión. Los planteamientos de Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias -con matices en este último caso- no han pasado de la proclamación de que ellos son más socialistas que nadie, que quieren unir al partido y que, aunque no lo digan expresamente, su gran preocupación es no verse desbordados por la izquierda de IU y Podemos. Sus guiños a los sectores más radicales del electorado socialista tradicional han sido tan constantes como escasas sus convicciones de que lo fundamental para salvar al PSOE del naufragio sería recuperar la centralidad en la política española. Sinceramente, creo que por ese camino no van a ninguna parte. Así no se van a recuperar.

A los desmovilizados militantes socialistas se les ofrece hoy la oportunidad de elegir uno entre tres candidatos menores. Lo que el PSOE necesita es una refundación ideológica y política. De ella saldría más tarde el líder. Lo están haciendo al revés.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios