La semana pasada estuvo llena de buenas noticias para la política granadina, para la política con mayúsculas que se ocupa de las necesidades de la ciudadanía. En los mismos días, se anunciaba la finalización de la Línea 400, la infraestructura eléctrica imprescindible para el desarrollo industrial y de las energías renovables en el norte de la provincia; se concretaban inversiones millonarias tanto del Estado como de la Universidad para el emplazamiento en Escúzar del acelerador de partículas y el secretario de Estado de Medio Ambiente anunciaba el compromiso del Estado para financiar también el segundo tramo de las canalizaciones de la presa de Rules, con un inversión de 105 millones de euros.
De esta forma, queda garantizada una infraestructura necesaria para el desarrollo de la costa de Granada. Las canalizaciones de Rules-Béznar están divididas en once proyectos. Sin embargo, hay dos fundamentales: el denominado desglosado nueve, que garantiza las necesidades de abastecimiento de agua para consumo de toda la costa y los regadíos de la zona de Motril y el desglosado tres, fundamental para el riego de la parte de Almuñécar. Hace unos meses el Estado se comprometió a financiar el primer desglosado, con una inversión de 50 millones. De hecho, está culminando el proyecto de ejecución para empezar las obras. Decía entonces que esperaba la colaboración de la Junta de Andalucía para los restantes proyectos. Sin embargo, ahora el Estado ha dado un nuevo paso adelante y se compromete también con la financiación del 80% del segundo proyecto, el de los regadíos de Almuñécar, con lo que parece garantizada su realización pues es de suponer que la administración autonómica se implicará de una vez en este gran proyecto y aportará la mínima cantidad restante.
Se entienden perfectamente las quejas de los agricultores de la costa que necesitan el agua para regar sus cultivos y ven que no les llega desde las presas de Rules y Béznar, por no estar hechas las canalizaciones. Sin embargo, resulta injusto que se dirijan a quienes están moviéndose para cambiar esa situación. Ciertamente, parece inconcebible que durante muchos años no se impulsaran esas canalizaciones. Sin embargo, todo cambió en 2018, con el cambio de Gobierno en España. A partir de entonces, se sacaron del cajón los proyectos básicos, se aprobó la Declaración de Impacto Ambiental, se garantizó la financiación de los primeros desglosados y se están elaborando los proyectos de ejecución de la obra. Ciertamente, el agua no va a llegar mañana pues estas grandes infraestructuras necesitan su tiempo pero, afortunadamente, Rules avanza.
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