paso de cebra

José Carlos / Rosales

Siempre gana la banca

Amediados de agosto el euríbor cayó al 0,897%: era la primera vez que se situaba por debajo del 0,9%. Lo anunciaron con alegría desbordante las agencias de prensa, los noticieros de la radio, las páginas de economía de todos los periódicos y los telediarios de la mañana y de la noche. Ya se sabe, el euríbor es el indicador más utilizado para fijar el precio de los créditos hipotecarios, y una bajada tan exigua nos podría parecer inútil o ridícula, pero, según los analistas económicos más experimentados, esa bajada supondría un ahorro de 900 euros anuales en las cuotas de las hipotecas que se revisaran a partir de ese momento.

Así que todos contentos. O muy contentos. A mayor bajada del euríbor mayor ahorro para los sufridos hipotecados españoles. Pero las alegrías nunca vienen solas y a finales de agosto el euríbor volvió a descender de nuevo: quedó fijado en el 0,877%, todo un record histórico, la felicidad del dinero barato, la enorme alegría de volver a ahorrarte un puñado de euros en las cuotas de esa hipoteca que nunca se termina. Y todos lanzaron otra vez las campanas al vuelo, las familias dispondrían de algunos euros mensuales de más y la contabilidad doméstica respiraría algo aliviada: por ejemplo, la cuota de una hipoteca típica (25 años para pagar 150.000 euros de deuda) podría abaratarse en 90 euros mensuales, es decir, otro ahorro de 1.000 euros al año. Se dice (y yo no me lo creo) que hasta los responsables económicos del gobierno de España mostraron su alegría con bailes y saraos en los pasillos de los Ministerios de Hacienda o de Economía o de Tributos y Cotizaciones.

Pero mi vecino de enfrente no entiende esas alegrías infantiles de los ministros de cuentas, de los analistas financieros. Dice mi vecino de enfrente que las sucesivas bajadas del euríbor sólo benefician a los bancos. Me para en la escalera, me lee algunas líneas de su escritura hipotecaria ("el tipo de interés nunca podrá ser inferior a dos enteros, noventa y cinco centésimas por ciento") y me dice que, aunque el interés aplicable a su préstamo sea variable (euríbor más 1,25; es decir, 0,877+1,25=2,127), nunca disfrutará de esas caídas apoteósicas del euríbor porque su hipoteca tiene un maldito límite, nunca bajará más allá del 2,95%. Y ya le han dicho en su banco que no se queje, que las hipotecas que ahora mismo se están firmando tienen un suelo (así llaman al límite inferior) del 4%. Nadie se ahorrará nada con la bajada del euríbor, sólo los bancos aumentarán sus beneficios. ¿Será por eso que bailaban tan contentos los ministros de contabilidad y finanzas? Siempre gana la banca. Todo lo demás parece secundario. ¿Será realmente así? Que se lo pregunten a mi vecino de enfrente.

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