Pensándolo mejor

Miguel Hagerty

Sísefo y el golf

CONOCIDA es la observación de que en la época romana una ardilla podía cruzar la Península sin bajar de las ramas de los árboles, así de frondosa se encontraba la piel del toro en aquel remoto tiempo. Menos conocida es la versión actualizada: un golfista puede ir de un campo de golf a otro y atravesar España sin riesgo de salir de la calle. Me alegro tanto por las ardillas romanas como por los participantes en lo que se ha venido a llamar 'turismo de calidad'.

Ahora que la burbuja ladrillera nos ha estallado en la cara de todos, hinchando, de paso, otras cuantas burbujas que también están por estallar en cualquier momento, es necesario mantener la calma de la forma más económica posible. Está claro que la nueva elite, la que se ha forrado con la escandalosa escalada de construcciones estos últimos años, no piensa colaborar en la recuperación de la economía. Sólo un puñado de los más avariciosos, y menos escrupulosos, han sido pillados con las manos en la masa.

No se puede contar con ellos. Sólo servirán para que el Ministerio de Justicia se cure en salud cara a la galería, que falta le hace después de tanta quiebra del Estado de Derecho últimamente y que tanta desmoralización generalizada ha producido. Si no se puede contar con la posibilidad de obtener justicia de Justicia, mal andamos.

Volviendo al tema de nuestros 'productivos' campos de golf, creo haber dado con una manera de utilizarlos en beneficio de todos y no sólo de esta nueva elite de seudo golfistas. Si el Ministerio aludido empieza a hacer bien su trabajo, no cabrán en las cárceles todos estos sinvergüenzas que llevan años conduciéndonos a la ruina colectiva. A fin de no contribuir a la sobrepoblación carcelaria, propongo que, a modo de Sísefo, se pongan a jugar eternamente al golf en los campos que ellos mismos han impuesto en la geografía nacional sin que nadie se lo pidiera.

Al terminar una partidita de dieciocho hoyos, serán inmediatamente transportados a otro campo para empezar de nuevo. A estas ardillas contemporáneas, mientras viajen de campo en campo, la pelotita blanca llegará a pesarles más que la piedra del pobre Sísefo.

Entretanto, ZP consulta justamente con los representantes de los que nos han buscado la ruina. Resulta curioso que las pocas acciones de Bolsa que siguen en alza son compañías relacionadas con seguridad; como si la avaricia empujara a algunos a desconfiar cada día más de los que les han proporcionado sus riquezas. Que se hinchen de cava en la cárcel; prefiero un tinto de verano mientras dure la crisis.

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