La ciudad y los días

carlos / colón

Sofisticados y cultos bárbaros

MIENTRAS en Lampedusa ya alcanzaba la cifra de 339 cadáveres recuperados, otra embarcación con 250 ocupantes volcaba ayer en el canal de Sicilia, esta vez en aguas maltesas, a unas 70 millas de Malta. De momento -escribo a las 20:30- se han recuperado 50 cadáveres y se han rescatado 120 náufragos. Pero no sirve de nada gritar "¡vergüenza!", ni aunque lo haga el Papa.

Tampoco sirve de nada culparnos con la mala conciencia poscolonial, como hace la periodista y escritora Barbara Spinelli: "Las guerras de las que huyen estos inmigrantes las más de las veces nos tiene como protagonistas. Las hemos atizado nosotros, pretendiendo imponer orden y en vez de eso creando caos y deshaciendo Estados: en África oriental, Alfganistan, Iraq, Somalia, Eritrea y Siria. Los límites sirios que desatan los conflictos los diseñó la Europa colonial. Estos éxodos tienen que ver con nosotros". Tiene razón. Sólo le falta añadir el papel de los gobiernos corruptos africanos, los fundamentalismos o los odios tribales que en algunos casos anteceden en muchos siglos a la colonización que, en el caso de África, fue muy tardía: se la repartieron Bélgica, Alemania, Francia, España, Italia, Portugal y el Reino Unido entre 1880 y 1914.

Esto no exime a Europa de las atrocidades cometidas por Leopoldo de Bélgica en el Congo (1885-1908) o por los alemanes exterminando los pueblos herero y namaquas (1904 y 1907), considerados los primeros genocidios del siglo XX, tan pródigo en ellos: el de los armenios por los turcos (1915-1923), el de los ucranianos por los comunistas rusos (1932-1933) o el de los judíos por los nazis alemanes (1941-1945).

Estos datos escalofriantes que suman millones de víctimas asesinadas por las muy civilizadas patrias de Tolstoi, Bach, Pascal, Da Vinci, Shakespeare, Rubens, Cervantes o Pessoa demuestran esa desasosegante convivencia entre cultura y barbarie que no ha cesado. Creo que fue Elio Vittorini quien se preguntó, tras la experiencia de la II Guerra Mudial, si seríamos capaces de crear una cultura que nos defendiera de la barbarie. Pues no lo hemos sido. Se ahogan miles de africanos intentando llegar a Europa, y millones mueren en África, mientras vivimos la euforia hipertecnificada, creyéndonos modernos porque nos enviamos gilipolleces por whatssap y sintiéndonos justos porque gritamos "¡vergüenza!", acusamos a los responsables (que siempre son otros) o escribimos artículos como este.

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