Nuestra Superliga

La cuestión es disimular que jugar contra Cádiz o Granada es un incordio. Lo que pone es ir a Milán

En algún momento del futuro los aficionados del Granada CF podrán contar a sus hijos, nietos, amigos y compañeros, que en un remoto pasado ellos vieron jugar al equipo de la ciudad en la superliga. La superliga española, esa en que jugaban los equipos grandes, los que decidieron crear una liga europea para quedarse con el botín y ser más ricos todavía. También podrán contar que en algunas ocasiones hasta les ganaron y que incluso jugaron contra algún equipo inglés en una competición europea, equipo que ahora también es de los superricos. Cierto es que aquello no lo pudieron ver en el campo, solo en las pantallas, todo por culpa de aquella maldita pandemia que arrasó el mundo, las economías, los clubs y todo lo demás. Fue una pena no verlo en el campo. Aunque los hinchas, aficionados y seguidores, al principio, se rebelaron contra aquello de crear una competición solo para los mejores (entiendase más ricos) y apartar las competiciones nacionales, al final el imperio del dinero se impuso. Pasaron años, es verdad, pero al final llegó el acuerdo entre los que manejaban los hilos y el dinero. A fin de cuentas, ¿No había sido el dinero lo que había llevado un mundial a Rusia y luego a Catar? ¿Y luego no se hicieron competiciones nacionales en mitad del desierto o en islas que todo el mundo sabía eran paraísos fiscales? Paraísos para quienes tenían contratos de varias decenas de millones de euros, dólares o libras. Al final el acuerdo a la puerta de la cueva de Ali-Babá, llegó.

La pesadilla descrita en las líneas anteriores es el sueño que quieren algunos dirigentes; ¿solo algunos? Yo diría que en el fondo todos están de acuerdo en que de algún modo quieren ser más ricos. La cuestión es cómo venderlo a los pobres, es cómo disimularlo sin que se aprecie demasiado que ir a jugar a Huesca, a Cádiz, a Elche o a Granada, por citar a algunos modestos, es un incordio. Y lo que pone es ir a Milan, a Londres o a Munich. ¿Cómo vamos a comparar? Sí, sí, y además, nos lo quieren vender. Eso es lo de tontos y apaleados. Nos lo van a vender en paquetes televisivos, en camisetas y en cromos. Nos lo van a vender en multitud de programas de radio y televisión, diciendo que el fútbol necesita mucho dinero para pagar a los que meten los goles. Y nosotros, los del Granada CF, como muchos otros, solo pasábamos por allí. Vale.

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