Bien sabe la historia, permítanme la personalización, que Murcia siempre ha sido un verso suelto en el devenir de nuestro país. Cuando los romanos llegaron, tuvieron que desalojar a los cartagineses, de aquello que llamaban Cartago Nova, primer ejemplo de quitar un gobierno para poner otro. Durante la dominación musulmana, las sucesivas taifas que por allí se fueron creando, lo mismo pactaban con los castellanos, con los aragoneses o con los moros de Granada. Otro precedente de que hoy gobierno con unos y mañana con otros. Luego, Castilla y Aragón colisionaron, en su avance hacia el sur, y disputaron para quién sería aquellas tierras. La cosa se quedó en Castilla. Me pregunto que si hubiera sido Aragón, lo mismo nuestros paisanos del norte de la provincia de Granada parlarían el valenciano y por tanto, en el fondo, hablaríamos también el catalán. ¿Imaginan? Y en los cantones del siglo XIX, fue último reducto de la primera república. Murcia siempre ha sido mucha Murcia. Que se lo pregunten a los aficionados del Granada CF cuando parece que alguien les robó cierto partido. Pensarán ustedes que estoy haciendo un popurrí con la historia, el fútbol y hasta con las cabras de la ilustre raza murciano-granadina, tan buena en colonizar estepas y desiertos. Pues sí, realmente esto es un delirio pero con causa muy justificada.

Delirando estoy desde que, por culpa del desaguisado del gobierno en Murcia, en Madrid se lio la que se lio. Entonces pensé que habíamos regresado a los años treinta del siglo XX, que Madrid era asediada en una guerra entre fascistas y comunistas, que la Ciudad Universitaria se llenaba de trincheras, que un filósofo socialista se aliaba con las guerrillas bolivarianas del Che Guevara para salvar a los ciudadanos madrileños de las garras depredadoras del fascismo raptor de todas las libertades. Y como en una pesadilla, la batalla terminaba con todos los fascistas gritando: libertad, libertad, jaleados desde un balcón por una mujer vestida de rojo. ¿Puede haber un sueño más pavoroso? ¿O un mejor guion de comedia a la española?

Claro que sí: pues los vencidos afirman que han sido traicionados, que Madrid está lleno de quinta columnistas. ¿Qué digo lleno?, está a rebosar de facinerosos que les han hurtado el legítimo derecho que tienen los marxistas, siempre defensores de la paz, a gobernar porque ellos son más guapos e inteligentes. Y dado que se sienten muy dolidos, pues se marchan y que le zurzan a todos los que confiaron en ellos. La salsa de tomate murciano debe gustar mucho en Madrid. Vale.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios