Numerosas tiendas de Granada abrieron ayer sus puertas con carteles rojos con los que inauguraron las rebajas en sus escaparates. A pesar de que años atrás los pequeños negocios esperaban hasta la fecha oficial previa a la liberalización (el 7 de enero) cada vez son más lo que realizan grandes descuentos. Lo hacen, sin embargo, en contra de sus deseos pues en ocasiones esta medida, que se implantó como ventaja, se ha convertido en pérdidas. A los pequeños les cuesta competir con los grandes empresarios. Por eso el Ayuntamiento de Granada ha decidido solicitar al Gobierno central que devuelva a toda España sus periodos de rebajas tradicionales. Habrá que esperar para conocer el veredicto. Mientras tanto, al menos habrá granadinos que se alegren de este periodo que les brinda, temporalmente, un empleo. Una oportunidad laboral en medio del frío invierno. Un balón de oxígeno en medio del periodo navideño cuando inevitablemente se dispara el gasto como consecuencia de la compra de regalos y las comilonas. Lo que hace falta es que este trabajo temporal se extienda en el calendario.

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