Junto al Triunfo, a las nueve de la tarde, entre el trasiego normal de la gente que va y viene de sus trabajos. La vida cotidiana de una ciudad en la que parece que no hay cabida para que un indeseable apuñale a su expareja que intentaba pasar página en un centro de acogida. La mujer se encontraba ayer en estado muy grave y estaba siendo intervenida en el quirófano. Toda la esperanza del mundo para que pueda recuperarse esta nueva víctima de la violencia machista. Ahora las propuestas electorales pierden brillo porque nos damos cuenta que, ante todo, están las personas, su vida diaria, que puedan pasear por las calles sin que un loco quiera acabar con sus vidas. La gran prioridad debe ser que por fin se acabe con esta pesadilla. Y si los partidos pararon la campaña por la muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba, que apuñalen en el centro de nuestra ciudad a otra mujer debería servir para que la campaña también tuviera otro día de profunda reflexión sobre la lacra de la violencia machista. Ni una víctima más.

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