¿Quién se acuerda?

¿Quién se acuerda? / jesús jiménez / photographerssports

De imprescindible a prescindible. La mascarilla ha tenido una vida muy muy breve, pasando de ser un objeto casi de coleccionista, con precios prohibitivos muchas veces, a un objeto casi decorativo, un accesorio que, como un clínex, se puede guardar en el cualquier lugar (el cuidado extremo de antes ya no está de moda) o, incluso, arrojarlo a cualquier lugar de la calle, donde permanecerá, invisible a ojos de los viandantes, hasta que el servicio de limpieza municipal lo recoja. Es casi una versión moderna de ese tempus fugit que hablaban los autores clásicos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios