Atardeceres en Cerro Gordo

27 de agosto 2025 - 03:05

Aunque la actividad siempre ha tenido sus seguidores, es en este agosto cuando se ha desatado la locura. Se trata de ir a ver el atardecer en Cerro Gordo, en aquel sitio en el que el mapa cose las provincias de Granada y Málaga y desde donde se puede contemplar como el sol se esconde entre los cerros de la Sierra de la Almijara dejando en la retina una preciosa imagen de mar, sol y montaña, una imagen enrojecida por los ya decadentes rayos del astro rey que abandona el día. Se puede ver, como digo, desde el mirador de Cerro Gordo, en La Herradura. Desde allí se contempla parte de la costa malagueña y los acantilados de Maro, todo en un espectáculo visual único, lleno de colores vibrantes y cambios sutiles en el paisaje. Pues hasta ese sitio van diariamente cientos de personas interesadas en contemplar el fenómeno y de hacerse selfis para subirlos a las redes y acumular ‘me gusta’. A los que sienten pasión por los atardeceres se les llama opacrófilos o hesperidófilos, términos que yo hasta ahora no sabía, pues no están en el diccionario de la RAE, y que me lo ha chivado la inteligencia artificial. Por lo visto hay gente que siente tal pasión por los atardeceres que viaja hasta sitios insospechados para verlos, pero sobre todo desde que existen las redes sociales, los influencers y todo ese tipo de personas que no puedan pasar sin utilizar Instagram, X, Tik tok o el Facebook. Acantilados, miradores y faros se han convertido últimamente en los mejores escenarios para hace este tipo de turismo que puede ser material indispensable para las redes sociales. España, según la revista National Geographic, es uno de los países donde más se practica la pasión por observar cómo cae el sol. Ya lo dijo Clinton cuando estuvo en el mirador de San Nicolás de Granada: “Este es el atardecer más bonito del mundo”. O algo así. Y de eso se están aprovechando los que ven una oportunidad de negocio. El dueño del restaurante que hay en Cerro Gordo, consciente del gentío que atrae el fenómeno y aprovechando esa inefable ley de la oferta y la demanda, sopla a cinco euros la cerveza… y sin tapa, que es lo que más indigna al granadino. Por eso los tours organizados ofrecen bebidas frescas a sus clientes, además de una explicación previa de lo que van a ver y un rato para un pequeño paseo. ¡Venga, una foto y nos vamos! El problema es cuando el nublado o la calima no deja ver el atardecer.

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