El periscopio

José / Ignacio / Rufino

La banca debe servir al sistema

EL Reino Unido, lo que solemos llamar Inglaterra, es la cuna de la Economía como ciencia, y su genética financiera la hace ser el país de referencia en el sistema capitalista en el que nos movemos todavía a día de hoy. A pesar de su terca vocación de aislacionismo e independencia, las cosas que allí suceden suelen suceder en el resto del mundo tarde o temprano. Ellos, los ingleses, tienen claro que los excesos financieros que nos han llevado al desastre deben ser corregidos. Por eso, el responsable económico del Gobierno de Cameron, George Osborne, quiere asumir sin duda alguna las recomendaciones que sobre la función económica de los bancos hace el Informe Vickers (Sir John Vickers es el presidente de la Comisión Bancaria Independiente), del cual extraemos algunas perlas aquí. Adelantemos que Vickers prescribe decididamente la intervención pública en las actividades de los bancos: meterlos en cintura, porque es la banca la clave de que el sistema funcione… o se suicide.

"Junto con otras reformas en curso, [la reforma] debe colocar el sistema bancario británico en 2019 sobre unos fundamentos totalmente distintos de los de 2007. Los bancos, en buena medida, deben volver a ser lo que fueron: mejor capitalizados, más orientados a las necesidades de ahorradores y prestatarios de la economía nacional. Los bancos son el corazón del sistema financiero y por tanto de la economía de mercado. La situación actual debe ser tomada como una oportunidad para establecer unos fundamentos mucho más seguros en la economía del Reino Unido en el futuro". El ministro económico inglés lo tiene claro: o se reconvierten, o se reconvierten. Si su influencia pública es tan determinante, su responsabilidad social también debe serlo.

La economía, según señala con aplastante lógica el Informe Vickers, debe limitar la inseguridad bancaria: "El Reino Unido [of course], la UE y las autoridades globales tienen que obligar a los bancos a ser más seguros, de forma que si los bancos se hunden, no se hundan los ahorradores y los contribuyentes, y el suministro financiero a la economía se mantenga". La traducción es personal, pero sin duda respeta el alma de la letra. Nuestro sistema, el capitalista, debe ser protegido, y su jugador más díscolo -las finanzas, con la banca a la cabeza- debe ser controlado. Los excesos se pagan, como dice el lugar común. ¿Por qué debemos meter millones y millones del erario público en los bancos y además mantener su propiedad privada? Aprendí con algún profesor que las cuestiones clave en cualquier organización tienen que estar bajo control. La clave del sistema es la banca. Nos empeñamos en satanizar al sector público, pero nos despistamos cuando lo hacemos. La banca debe servir al sistema, y no al contrario. Los ingleses lo saben.

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