Se habla y se escribe de la económica, pero a nadie parece agitarle "la crisis de las entrañas". Una crisis instalada desde hace bastante más años entre los hombres que componen la sociedad moderna. Se pierde la ternura, la conversación pausada, los dos besos en vez del apretón de mano. Gana la individualidad, el egoísmo, las armas… la sangre derramada. ¿Y sólo importa la 'pela'?
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