Dentro de unos años los profesores de historia, si es que se sigue impartiendo en las aulas, tendrán que explicar a sus alumnos, si es que alguno está interesado en atender y/o saber del tema a ciertas cuestiones. Si se les dice que se les preguntará en el examen o en algún tipo de prueba que no lesione su integridad moral y bienestar psicológico, puede que presten atención. En todo caso, yo propondría la siguiente lista de preguntas.

¿Cómo explicar que un político diga y haga, en pocos meses, exactamente lo contrario de lo que dijo y proclamó anteriormente?

¿Cómo explicar que un gobierno se apoye en quienes no creen en el sistema constitucional y en quienes declaran abiertamente que su objetivo es no cumplir las leyes?

¿Cómo explicar que un candidato a presidente no conteste a quien le llama verdugo y represor?

¿Cómo explicar que una presidenta del legislativo diga que se puede insultar a un monarca porque eso es libertad de expresión y sin embargo proclame que defenderlo es querer apropiarse de su imagen?

¿Cómo explicar que una diputada declare lo poco que le importa la gobernabilidad de los españoles cuando lo hace desde una tribuna que representa la soberanía de ese mismo pueblo?

¿Cómo explicar que los ministros post-comunistas digan que al fin habrá un gobierno preocupado por las clases desfavorecidas como si el socialismo no hubiera gobernado en este país por décadas?

¿Cómo explicar que un ministro diga que no le gusta que su ministerio esté separado de otro y sin embargo acepte el cargo?

¿Cómo explicar que una ministra diga que dos más dos es más que cuatro y sea la encargada de las cuentas del Estado?

Dicen que hay que recordar la historia para que no se repitan ciertos errores, aunque sea a modo de farsa. No habría que retroceder al periodo de la Transición Democrática de los años 70, donde los hijos y nietos de los que se mataron se dieron la mano, ni a la Segunda República que vivió de gobiernos enfrentados. Habría que ir mucho más atrás para poder explicar todo esas preguntas.

Yo aconsejaría a los estudiantes que releyeran al clásico que dijo: "Procure un príncipe conservar y mantener el Estado: los medios que emplee serán siempre considerados honrosos y alabados por todos, porque el vulgo se deja coger siempre por las apariencias…", famoso consejo de un tal Nicolás Maquiavelo. Lo que me temo es que nuestro actual vulgo ya no sabe ni que fue la Transición, ni la República, y qué decir del tal Nicolás. Vale.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios