Paso de cebra

José Carlos Rosales

Otra farsa

TRES inmuebles municipales de notable valor histórico y artístico van a ser vendidos por el Ayuntamiento de Granada a promotores hoteleros. Sólo falta resolver dos o tres asuntillos burocráticos de escasa importancia: cambiar la utilidad de los inmuebles (de equipamiento público a uso privado), ultimar algún fleco administrativo para certificar fehacientemente la propiedad municipal y, por último, modificar sustancialmente el Plan Especial Albaicín rebajando los niveles de protección de un barrio olvidado y solo.

Sin embargo, resueltos todos estos pequeños embrollos de última hora, el asunto no quedará resuelto y es muy probable que las instituciones enfrentadas (Ayuntamiento y Junta de Andalucía) resuelvan una vez más sus diferencias en sede judicial. Mientras tanto pasarán los años y esos inmuebles se irán deteriorando poco a poco, alguien romperá una ventana, a los tejados les saldrán goteras, tal vez se perderá algún friso o el capitel de una columna.

Así son las cosas en esta ciudad tan rara e indefensa, esta zona de Andalucía en la que aún se alcanzan los niveles más bajos de renta. No es por eso extraño que se venda el patrimonio municipal: la escasa renta suele venir acompañada de escasa inquietud cultural. Pensemos que hasta hace relativamente poco el noventa por ciento de la población granadina era analfabeta y, como bien ha señalado Juan Manuel Barrios Rozúa, la minoría cultivada de esta ciudad suele carecer de una conciencia desarrollada del patrimonio artístico. Pobreza, analfabetismo, irresponsabilidad social, y escasa conciencia cívica son las constantes que, desde hace más de un siglo, explican que el Ayuntamiento de esta ciudad venda al mejor postor un inmueble como el de la Casa Agreda, valioso palacio renacentista del siglo XVI y residencia del que fue regidor de esta ciudad, Don Diego Agreda.

Probablemente no habrá demasiada resistencia ciudadana. Y poco le importará a nadie que Torres Hurtado se hubiera comprometido durante la campaña electoral a rehabilitar íntegramente este inmueble. Las promesas se las lleva el viento. Y estos tres inmuebles (Palacio de Santa Inés, Casa Agreda y el edificio de San Matías que ahora ocupa Cruz Roja) se los llevarán (antes o después) los promotores hoteleros que tengan entre 1,3 y 6,1 millones de euros para pujar en la subasta. En fin, espero que dicha subasta se retransmita en Canal Sur, esa televisión deficitaria que, en vez de fomentar babosas identidades inventadas, bien podría promover la movilización cultural y cívica, la defensa de nuestro patrimonio histórico o la denuncia de especuladores y farsantes.

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