Editorial

Lo que se juega en Euskadi y Galicia

LAS elecciones convocadas para mañana en el País Vasco y Galicia afectan fundamentalmente a la gobernación de ambas comunidades autónomas, pero tienen también influencia y repercusión en la política española y, por tanto, implican a toda la ciudadanía. En primer lugar, porque este tipo de elecciones parciales o territoriales intercaladas entre las generales sirve de alguna manera de barómetro para conocer las tendencias y los respaldos de cada opción política en un momento determinado, así como de laboratorio de ideas, proyectos y liderazgos. Pero, además, los resultados de los comicios autonómicos del 1-M van a incidir, sin duda, en la correlación de fuerzas preexistente en un escenario nacional de mayoría relativa. En el caso del País Vasco, concretamente, se dan las condiciones para que por vez primera haya un lehendakari no nacionalista y ello vaya acompañado del pase del PNV a la oposición. Las consecuencias afectarán al propio partido de Ibarretxe y también a la estabilidad de España, ya que de producirse esta eventualidad el Gobierno difícilmente podrá seguir disponiendo del apoyo parlamentario del PNV en el Congreso de los Diputados. En Galicia, por su parte, las fuerzas se presentan muy equilibradas entre el actual gobierno bipartito (PSOE-BNG) y la candidatura del PP, que pretende retornar a la época de mayorías absolutas populares a la sombra de Fraga, de modo que los votos procedentes de la emigración podrían resultar decisivos. Ambas elecciones, en fin, serán útiles para conocer los efectos en la política nacional de la investigación judicial sobre la presunta trama de corrupción en el Partido Popular y el escándalo protagonizado por el ministro de Justicia, finalmente cesado, en lo que ha sido la primera crisis del Gobierno Zapatero. Por encima de todo, vascos y gallegos darán indicios en las urnas sobre la medida en que la grave crisis económica que atraviesa el país es percibida por los ciudadanos y cuestiona la legitimidad de los diversos partidos políticos. Por todos estos motivos, la jornada electoral de mañana se desarrolla en el norte de España, pero implica a todo el país.

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