Mientras el Cinturón metropolitano sigue empujando cada vez con más fuerza y mostrándose como un espacio al que acuden cada vez más capitalinos (de origen o de trabajo) para elegir este modo de vida, los barrios de la capital que se alejan del centro pierden cada vez más representatividad y vida comunal. El otro día conocimos cómo sufren los pequeños equipos de fútbol base de arrabales populares como La Chana, Zaidín o zona Norte para subsistir frente a las condiciones más amables para hacer deporte que ofrecen las localidades del Área Metropolitana. También es recurrente ver informaciones del abandono de lugares como el Barrio de la Cruz o el Barranco del Abogado, el retraso de Santa Adela, cuando no del drama social en el que vive inmerso la zona Norte con los cortes de luz que afectan injustamente a numerosos hogares pese a pagar su cuota de luz. En la Plaza del Carmen, epicentro de la política local, hay otras preocupaciones que tienen más que ver con sillones y si 2+2 son cuatro mientras a un viaje de escasos minutos en autobús se puede ver la verdadera realidad de la ciudad en sus barrios, que laten dificultosamente.