Nacer hipotecado: la nueva ‘moda’

En Granada, esa ciudad donde las fachadas de los cármenes del Albaicín se mezclan con las vallas de ‘SE VENDE’ como si fueran parte del patrimonio histórico, el sueño de tener una vivienda ya no es solo lejano: es transgeneracional. Según los últimos datos, el alquiler ha alcanzado su máximo histórico en veinte años. ¿Quién lo hubiera imaginado? ¡Todos! Todos lo imaginamos. Porque cada vez que el precio sube, alguien dice: “Ya no puede subir más”. Y entonces sube.

Pero no teman, la industria inmobiliaria tiene una solución brillante: hipotecas a 70 años. Sí, ha leído bien. Setenta. Así, un niño que nazca hoy en Granada podrá empezar a pagar su pisito en Camino de Ronda mientras aprende a decir “mamá” y, si todo va bien, lo terminará de pagarlo cuando cumpla los 70, justo a tiempo para disfrutarlo con su pensión mínima y un bastón con ruedas.

Lo mejor es que esta hipoteca vitalicia permite compartir la experiencia de pagar un piso con tus nietos. ¿Qué hay más bonito que tres generaciones vivan unidas por el mismo préstamo? Y es que la vivienda ya no es un bien; es una herencia financiera. Un legado de cuotas.

Mientras tanto, los alquileres siguen subiendo con una gracia matemática que haría llorar a Euclides. En Granada, el metro cuadrado se cotiza como si todos vinieran con vistas a la Alhambra desde una piscina de horizonte infinito, aunque en la realidad dé al patio interior de una corrala de los años 60... Y aún así, hay cola.

Y es que en esta ciudad universitaria y turística, la vivienda ya no se habita: se especula, se invierte, se exprime. El único que duerme tranquilo es el casero. Y con razón. Al ritmo actual, salir de casa de tus padres será como sacarse una oposición: sólo apto para unos pocos elegidos, con nervios de acero y avalistas eternos.

Y mientras tanto el presidente de la Junta de Andalucía, no quiso saber nada la semana pasada en la Conferencia de Presidentes, de la propuesta del Gobierno para poner en marcha un plan de choque que invierta este estado de cosas. Era mucho más “divertido” para Juanma hablar de pinganillos y pedir elecciones anticipadas.

Así que felicidades, Granada. Has conseguido que la expresión “empezar la vida con una mochila” sea literal. Pero no una mochila de ilusiones. No. Una bien hipotecada, con interés variable y sin posibilidad de cancelación anticipada.