La esquina

El nefasto patriotismo de partido

HAY que repetirlo una vez más: ningún partido político está libre de que la corrupción anide en sus filas o bajo su amparo, ningún cargo público puede asegurar que nadie próximo se aprovechará de su influencia para el lucro privado. La tentación de corromperse va con la condición humana.

Lo que cabe exigir a partidos y autoridades no es, pues, pureza y honestidad absolutas en todos sus militantes, familiares y allegados, sino capacidad y voluntad para reaccionar con firmeza y contundencia ante los casos de corrupción que se desvelen. Es lo que suele faltar, según demuestra la experiencia. Lo habitual es el cierre de filas y la ocultación de los hechos en la medida de lo posible. La razón es la misma: el nefasto patriotismo de partido. Y también la consecuencia más probable: al no atajarse el mal en su origen, todo el partido o la institución acaba salpicado.

Fíjense en el caso de la empresa de mayoría municipal Mercasevilla, donde la Fiscalía investiga al director general y su adjunto tras haber denunciado un empresario hostelero que ambos pretendieron cobrarle una comisión millonaria -una mordida, vamos- a cambio de adjudicarle un proyecto cuya financiación había subvencionado la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía. Fue la Consejería, precisamente, la que paralizó el pago de la subvención y denunció al fiscal el caso, que se sustenta, por cierto, en una grabación con las voces de los presuntos extorsionadores.

A lo que voy. ¿Qué hizo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla (PSOE-IU)? Procedió al cese de los dos directivos... ocultando el motivo. Del director general, cuya gestión ha logrado sanear Mercasevilla, se dijo oficialmente que había dimitido por razones personales (para cuidar de su padre y su suegro, enfermos). Solamente al desvelarse el escándalo, mes y medio después, el alcalde ha admitido que ordenó su destitución. Solamente ahora el PSOE, al que pertenecen los dos, se ha decidido a suspenderlos de militancia. Con lo cual se produce el resultado que antes comenté: el equipo PSOE-IU que gobierna Sevilla -y que ha realizado cambios positivos en la capital andaluza- se ve comprometido por haber intentado poner sordina al caso, y el Partido Socialista se encuentra objetivamente enlodado por no haber actuado de inmediato contra sus dos miembros supuestamente corruptos, que además militan en la agrupación Macarena, en la que anteriormente se había descubierto una red de facturas municipales falsas, también a cargo de socialistas y amigos, ya juzgada.

-Oiga, ¿y por qué no habla usted del caso del PP y su tesorero Bárcenas, que también va de lo mismo?

-Paciencia, amigo. Mañana hablaremos de Bárcenas.

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