Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Una orquesta sin viento

Mientras se prepara un pastizal para establecer una red de museítos rancios, mediocres, peregrinos o sin público

La situación de asfixia económica (y, por extensión, artística) que sufre la Orquesta Ciudad de Granada constituye el ejemplo puntero de la desafinada política cultural del Ayuntamiento. La Orquesta, con Pons en la dirección y Ponsa en la gerencia, se erigió como la mejor de Andalucía y una de las más prestigiosas del país en los noventa. Y mantuvo el tipo hasta que una rebelión de buena parte de los músicos forzó el réquiem de Kantorow y Magán, sus sucesores en la segunda mitad de la primera década del siglo. Mientras las agrupaciones de Córdoba y Málaga se apretaban el cinturón con la crisis, la de Granada aumentó considerablemente los sueldos y contrajo deudas que la han conducido a la desesperación. La de Sevilla, sinfónica, o sea, mucho mas voluminosa, también se arruinó; pero Sevilla "tiene un color especial" y desde la Junta se han apresurado a socorrerla con el dinero de todos los andaluces. La OCG, a la que acudían con entusiasmo batutas, pianistas, violinistas y cantantes de nombradía, debe dinero a no pocos directores e intérpretes y ha visto bajar la calidad de su programación al no poder contratar a especialistas invitados de valía. A los trabajadores se le adeudan pagas desde hace años y ha habido dificultades ocasionales para pagar sellos o costear el taxi desde el aeropuerto de algún extra. ¡Y el gerente, interino, es un contrabajista!

Granada podría haberse convertido en la capital musical de Andalucía como Málaga se ha convertido en la capital museística. Contaba para ello con una Orquesta saneada y de gran nivel artístico; un soberbio auditorio; el archivo y la sombra de ciprés de Manuel de Falla; un Festival de Música y Danza con escenarios, La Alhambra, el Generalife y el Carlos V, únicos en el Planeta y las obras inspiradas en la ciudad de numerosos compositores, especialmente románticos e impresionistas. El gran teatro de la ópera que nuestros representantes fueron incapaces de construir habría coronado la joya.

Mientras se prepara un pastizal para establecer una red de museítos rancios, mediocres, peregrinos o sin público, como el de la Semana Santa o el de Títeres, la Orquesta se descompone. La solución ha consistido en conseguir una aportación extraordinaria de la Alhambra (este año sí, el que viene ya veremos) y conceder pólizas de crédito municipales para posponer el problema que generan los enormes intereses de la deuda. ¿Plan a medio Plazo? Ninguno. Apuntalar y esperar a que suene la flauta travesera. El caso es pasar el tiempo.

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