El lanzador de cuchillos

Para pan, Pam

Han sido tantas y en tan poco tiempo que la cosa empieza a pedir un recopilatorio de grandes éxitos

ángela Rodríguez –Pam para los amigos, amigas y amigues–, el miembro –¡uy, lo que he dicho!– más estupefaciente de la que Herrera denominó con precisión de cirujano “banda de la tarta”, es una máquina de escupir gilipolleces. Si pudiera, también mataría fascistas a golpe de Satisfyer –entiéndase por fascista el personal masculino en general, a excepción del macho alfa y Miguel Lorente–. Pam, que se tiene que tocar –palpar, quiero decir– para comprobar que es verdad que ha llegado al gobierno de la cuarta economía de Europa, une a la diarrea legislativa de la que presume una diarrea verbal que la empuja a no perder ocasión de hacer el ridículo con una salida de pata de banco. Han sido tantas y en tan poco tiempo que la cosa empieza a pedir un recopilatorio de grandes éxitos. Por aquí dejo unos cuantos: “Los hombres no necesitan el registro civil para ser violadores. Lo son. Y desgraciadamente en este país lo son bastante”; “es escandaloso que el 75% de las chicas prefieran la penetración a la autoestimulación”; “dar dos besos forma parte de la cultura sexual de impunidad y falta de consentimiento con la que hemos crecido”. Es un no parar, el conejito de Duracell del desbarre neuronal. Sigue y sigue. De la creadora de “la puta coja” y “miles de violadores a la calle, jajaja” llega ahora “la medicina es una institución que muchas veces representa la idea de un cuerpo correcto y un cuerpo incorrecto, y casi siempre el cuerpo correcto es el de los hombres y el cuerpo incorrecto, el de las mujeres, que van por un camino muy estrechito por el cual la mayor parte de las mujeres no solamente no podemos, sino que no queremos transitar”. Todo este gazpacho mental para quejarse de que los médicos recomienden una dieta sana, putos gordofóbicos. No sabemos qué opina al respecto Médica y Madre, pero el diputado de su formación en la Asamblea de Madrid Emilio Delgado no ha podido evitar afearle la conducta a la orgullosamente obesa Secretaria de Estado de Qué Más Da –mientras siga en el machito, con perdón–: “No sé cuál es el camino que según Angela Rodríguez propone la medicina y las mujeres no pueden ni quieren transitar, pero sé que la medicina es una ciencia, no una institución, y que los hábitos saludables salvan vidas”. A la podemita Pam lo que realmente le da la vida son los 120.000 trompos que se levanta cada año de los Presupuestos del Estado por animar a la peña a comer bollos.

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