El juicio al acusado de matar a su mujer y luego enterrarla en Guadix pone los pelos de punta. El hombre, que reconoce que la asesinó a martillazos, intenta defenderse diciendo que ella le agredió en primer lugar. "Si no me pega, no hubiera pasado nada", ha dicho en el juicio en el que ha reconocido los hechos. La violencia machista sigue ahí, en cada esquina, y muchas mujeres vivieron el doble calvario del confinamiento y de convivir con un maltratador. Ahora, que se anuncian medidas que pueden ir más allá de un cierre perimetral, conviene no perder de vista que aún quedan sujetos que, como este hombre, dice que tras el crimen pidió disculpas "a Dios y a la Virgen", eso sí, después de envolverle la cabeza "para no manchar el suelo de sangre". Sí, aún quedan sujetos así entre nosotros, por lo que conviene no bajar la guardia jamás con la violencia machista. El coronavirus, antes o después, pasará, pero no está tan claro que se acaben para siempre este tipo de crímenes. Al menos hay que poner todos los medios para que así sea.

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