Hace apenas unos días la Junta se ufanaba de que las medidas contra el coronavirus que se habían puesto para la Navidad funcionaban perfectamente y eran un ejemplo para el resto del país. Pero ahora, pasados los festejos, resulta que los contagios se han disparado y que de aquellos polvos, estos lodos. Si en algo coinciden los epidemiólogos es en que las instituciones van siempre por detrás de la pandemia y de nuevo hay que darles la razón. Los nuevos positivos se disparan día a día, suben los hospitalizados y hay cierto consenso en que la tercera ola va a ser aún más dañina que la segunda. Pero de nuevo se toman medidas más restrictivas a posteriori, cuando de nuevo los sanitarios tienen el miedo en el cuerpo y casi la certeza de que más pronto que tarde volverán a saturarse los hospitales. Ahora la Junta pide incluso al Gobierno que valore un confinamiento estricto como en la primera ola cuando hace unos días bastaba con no servir alcohol entre las 18:00 y las 20:00 horas. De nuevo la pandemia lleva la iniciativa y se vuelve a demostrar que los políticos son los únicos que tropiezan tres veces en la misma piedra.

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