8.842 primos

Traer a doña Leticia (o Letizia) nos ha costado los cuartos a todos los primos, primas, listos y listas de esta ciudad

En su quinta acepción el diccionario de la lengua española define al vocablo "primo" como persona incauta que se deja engañar o explotar fácilmente y aclara que ese significado es de uso coloquial. Sirva esta inicial explicación para dar sentido a todos y todas los primos y primas a los que me refiero en el título de este agosteño cajón. Los todos y todas suman en total la cifra que antecede al calificativo. No puedo desglosar por género y/o sexo pues desconozco el dato preciso, pero dado que la cifra es par pudiéramos suponer que hubo igual número de primos que de primas, es decir de incautos e incautas. De igual modo pudiéramos suponer que entre los 7.818 listos, en este caso por oposición a primo podemos aceptar que el listo es aquel que presume de saber o estar enterado de todo, y siendo también número par, hubiera igual número de listos y listas. Aprecien ustedes que hay una diferencia de 1.024 a favor de los primos, es decir 512 primos y 512 primas; lo cual no se puede calificar de muy favorable para nuestra ciudad. Vamos que puestos a contar hay un mayor número de primos que de listos. Será por ello que al alcalde lo designaron en Madrid o en Sevilla.

Puede que a estas alturas, columna hacia arriba, se pregunten ustedes por los números a los que me refiero. Algún sagaz lector puede que haya caído en la cuenta de que las cifras a las que me refiero son el número de entradas vendidas, y por tanto pagadas por los primos y primas, para asistir al partido de la final de la Copa de España de Fútbol Femenino; así como al número de entradas regaladas a los listos y listas que se enteraron que si no se hacía un regalo generoso de entradas las gradas iban a quedar medio vacías. En efecto el número de vendidas y regaladas está casi igualado.

Lo que no ha quedado tan igualado son las arcas municipales pues, según nos cuentan las crónicas, los número rojos municipales se han aumentado tras el evento futbolístico. Aquello del impacto publicitario en "no sé cuántos millones" debe ser para que los primos y primas se lo crean. En definitiva que aquello de traer a doña Leticia (o Letizia) a Granada resulta que nos ha costado los cuartos a todos los primos, primas, listos y listas que habitan en esta ciudad. Habrá que preguntar en Madrid y Sevilla a qué se debió tanto honor. Vale.

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